Los brazos en alto al igual que el corazón. Es el momento Nadal. Sí, otra vez. Parece como si el tiempo fuera caprichoso. Parece que la Historia quiera renovar los recuerdos regalando deseos hechos realidad.
En Pekín, Nadal salva los muebles de una primera ronda trampa para salir a lo grande de una ciudad china que conquistara en 2005. Doce años después, aquel chaval que le tosió en el cuello a Coria, hoy camina sin mirar atrás.
El balear ha vuelto a su ser más profundo y es la mejor de las noticias en un 2017 que sabe a antaño para él. Es el tenista con más títulos del presente curso y su tenis, con 31 años, no pierde la compostura pese a los desafíos en forma de juventud venidera que quieren -aunque no pueden- derribarlo.
Kyrgios, que ante Zverev rozó el cénit, no duró un suspiro en la Final. Muchos, en cambio, exteriorizó hacia el cielo chino donde la lluvia en forma de warning mareó al de Camberra que no se encontró en todo el partido.
“La cabeza de Kyrgios demostró volver a ser un carrusel sin sentido; una montaña rusa desbocada; una gaseosa demasiado agitada”.
La cabeza del australiano demostró volver a ser un carrusel sin sentido; una montaña rusa desbocada; una gaseosa demasiado agitada. Es un tira y afloja metal al que le hace falta mesura. Porque cuando el australiano quiere, es digno de rozar un tenis próximo a lo excelso pero hace falta querer más veces.
Nadal, mientras, compite consigo mismo olvidando el rival. No se frena. Da el paso necesario para martillear el revés del australiano, tenerlo en movimiento y apagar las luces de un circo en el que Lahyani trata de mediar con la experiencia que lo avala.
El primer set pasa de un comienzo tenso a un camino cuesta abajo tras el click mental que azota la cabeza de Kyrgios después de una bola que le cuesta el partido.
Tras ella, el vigente número 14 mundial frena en seco su proyección y desequilibra los manos asumiendo Nadal las riendas de un partido que pudo haber sido pero no fue.
El mallorquín sonríe y levanta el entorchado en un triunfo reconfortante tras un inicio de funambulista. Van 75. A dos de McEnroe. Nadal asiente, ahora, abrazando la confianza que tanto echó de menos meses atrás.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/803341748047147008/IDk8FirA.jpg» ]DAVID SÁNCHEZ: @DASanchez__. Periodista Freelance especializado en tenis. Voleador nato en la red 2.0 y un jugador regular desde fondo histórico. Ágil y con capacidad de adaptación a todo tipo de superficies textuales. Español pero cosmopolita gráfico. He publicado en medios como CNN Chile, Sphera Sports, SportYou o VAVEL y colaborado con emisoras radiofónicas como Libertad FM o Radio Internacional. En Match Tenis disfruto peloteando entre siglos.[/author]
