A pesar de estar alejado de las canchas hace casi una década (septiembre 2006), Andre Agassi continúa causando controversias. Esta vez el norteamericano declaró en una conferencia de prensa en la Ciudad de México que había sido el número uno más infeliz de la historia. ¿La razón? Su padre desde siempre le obligó a practicar este deporte, y él nunca disfrutó de este.
«No empecé en el tenis por elección, yo odiaba el tenis con toda mi alma y lo odié la mayor parte de mi carrera» explicó el exnúmero 1 del mundo » Tenía que golpear miles de bolas por día porque mi papá tenía la idea de que nadie me iba a ganar si golpeaba miles de bolas por día y por años». El resultado lo consiguió el padre de Andre, pues su hijo comandó el ranking ATP durante 101 semanas, además ganó ocho títulos de Grand Slam. Sin embargo, toda esa cosecha no le bastó para ser del todo feliz.
Continúa, «mi padre me vendía como el número uno y cuando llegas ahí no te queda para dónde voltear, era el número uno más infeliz del mundo, prefería ser el 141. Cada vez que salí a jugar tenis sentí que estaba fingiendo. Mi papá era muy intenso, tenía ocho años y era una carga que me hundía y ese resentimiento me acompañó durante toda mi carrera».
Ya alejado de la actividad competitiva el oriundo de Las Vegas Nevadas encontró en su fundación todos esos deseos frustrados que generó su padre en él. Ayudando a los niños, supo generar esa gran satisfacción que nunca sintió jugando al tenis. «Decidí tomar mi elección y darles educación a los niños, un compromiso para no fallarles, así los colores de la vida del tenis empezaron a cambiar y me di cuenta de que había algo bueno”.
De una u otra manera estas declaraciones de uno de los mejores jugadores de la historia del deporte blanco, dejan claro que todo en la vida no es color de rosa. A pesar de tener millones de dólares en sus cuentas bancarias y ser una estrella del deporte, siempre vivió frustrado con la presión que siempre le impuso su padre.
Redacción MATCH TENIS
