Andy Murray, uno de los grandes rivales históricos de Novak Djokovic, ofreció recientemente unas interesantes declaraciones sobre su breve experiencia como entrenador del serbio. El escocés, conocido por su inteligencia táctica en pista, confesó que este rol le permitió descubrir tanto fortalezas como debilidades en su forma de trabajar.
«Aprendes mucho sobre tus puntos débiles”, comentó Murray. “Creo que para muchos exjugadores es muy diferente ser jugador y entrenador, algo que me esperaba. Evidentemente, cuando trabajas con alguien de ese nivel, probablemente descubres tus puntos fuertes, pero también tus puntos débiles como entrenador”.
Murray explicó que uno de los mayores retos fue responder a las demandas técnicas de Djokovic, ya que no se sentía del todo cómodo con ese tipo de enseñanza. “La mayoría de los exjugadores son más bien débiles en el aspecto técnico del juego. A veces, Novak me pedía mucha información técnica y yo no me sentía muy cómodo con este tema. En términos de cómo enseñar la técnica a alguien, creo que los entrenadores que trabajan con jugadores más jóvenes y están acostumbrados a hacerlo son en realidad más fuertes que muchos entrenadores que trabajan en el circuito”.
El británico subrayó que, a partir de cierta edad, los cambios en la técnica de un jugador son mínimos, algo que marca la diferencia entre entrenar a jóvenes en formación y a tenistas ya consolidados. “Una vez que un jugador tiene 20, 22 años, no intentas revisar su juego y su técnica”, concluyó Murray, dejando claro que entrenar a una leyenda como Djokovic es un desafío que va más allá del conocimiento adquirido en la pista como profesional.
