Así como hoy en día el planeta tenis habla de nuevos talentos como Cori Gauff y Brenda Fruhvirtova, en la recta final del Siglo XX todas las luces apuntaban hacia Ashley Harkleroad, una de las jóvenes estadounidenses llamadas a alcanzar la cima del circuito femenino.
Su talento la catapultó hasta el top 40 del ranking WTA con apenas 18 años y cuando todo parecía dado para que continuara su evolución, una lesión de ligamento la obligó a tomar un descanso. Ocho meses más tarde volvió a competir, pero sus prioridades habían cambiado: se casó, se divorció, volvió a casarse, tuvo su primer hijo y un año más tarde se retiró, todo antes de los 25 años.
A continuación, compartimos el relato de la estadounidense para el portal Behind The Racquet:
«A los 14 años ya era el número uno de mi país. A los 15 me convertí en profesional y firmé un contrato de cinco años con Nike y también con la CAA. A los 16 años era el número 3 del mundo en el circuito juvenil. A los 17 llegué a la final de Roland Garros y gané un torneo de $ 50,000 dólares. A los 18 años era 39° en el mundo, pero luego me rasgué un ligamento del codo. Decidí evitar la cirugía y me tomé seis meses de descanso para sanar porque necesitaba parar un poco.
Había vivido el tenis como un trabajo desde los 13 años, así que me sentía desgastada y en un lugar oscuro. Debido a todo esto desarrollé un trastorno alimenticio. No estaba manejando la presión que significaba estar de gira y, por si fuera poco, las expectativas de mi familia, equipo y agentes se duplicaron sobre mi. Cuando me tomé un tiempo libre, no congelé mi clasificación, así que pasé de estar entre las 50 mejores del mundo a salir del top 200.
Ocho meses después me sentí lo suficientemente fuerte mental y físicamente para volver a jugar. Sin embargo, mi contrato con Nike había terminado y tuve comenzar de nuevo. A los 19 años me casé con Alex Bogomolov y a los 21 años nos divorciamos; no estábamos contentos y sentíamos que necesitábamos tomar caminos diferentes. Soy del sur y las chicas del sur tienden a casarse y tener bebés a una edad temprana. Esto siempre estuvo en mi mente.
Sabía que mi carrera en el tenis no duraría mucho. Lindsay Davenport y yo jugamos juntas en Copa Federación, después de que ella diera a luz a su hijo. Yo también tenía muchas ganas de tener un bebé. Por fortuna, conocí a mi actual esposo Chuck Adams, que viajó conmigo durante tres años; a los 24 años tuve mi primer hijo y regresé al circuito antes de retirarme al año siguiente.
Mi mejor posición en el ranking fue 39°. Nunca me destaqué por ser la más fuerte -mentalmente- dentro de la cancha. Sin embargo, gracias al tenis tuve la oportunidad de estar en la portada de Playboy. Considero que mi aparición en la portada de Playboy resalta mi carrera en el tenis y refleja mi espíritu libre. No tengo ningún sentimiento negativo ante esta revista.
Hay algunas cosas que hubiera hecho diferente durante mi estadía en el circuito. Me habría dedicado a disfrutar más de cada momento en lugar de pensar constantemente en mi futuro. Habría explorado nuevos lugares en lugar de seguir la misma rutina. Estoy muy agradecida con el tenis por todo lo que me ha dado. Me abrió muchas puertas en la vida«.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/1122365846247096320/gFoXr9nB_400x400.jpg» ]Marcelo Becerra Concha (@Marcelob11) Disfruto conociendo el mundo del deporte desde adentro. Bogotá.[/author]
