La colombiana cayó en su debut en el WTA 500 de Chicago, su primer torneo desde el US Open.
La gira sobre canchas duras en Norteamérica no ha dado los resultados que, probablemente, María Camila Osorio esperaba. Desde que jugó el WTA 1000 de Cincinnati, la colombiana suma una victoria y cuatro caídas en cuatro eventos, la más reciente en el torneo de Chicago donde fue superada por la checa Tereza Martincova.
La cucuteña es consciente del momento, sabe que hay trabajo por realizar; pero reconoce que lo más importante es seguir compitiendo en una temporada que, a pesar de todo, ha sido benévola con ella. «Hoy no aproveché las pocas chances que tuve. En el segundo (set) apreté en el final para poder remontar, pero cuando estaba para irme con ventaja no la tomé. Me voy con el sinsabor de que se pudo haber alargado el partido. Estoy agradecida porque tuve otra oportunidad de jugar un torneo grande», expresó la colombiana en rueda de prensa post-partido.
Osorio también profundizó sobre un tema que ha sido recurrente en los últimos meses en el circuito femenino, y es la presión. Sabe que no es ajena a eso, puede estar sintiéndola en demasía en esta gira y la solución para poder sobrellevarla es «no dejarse caer».
«Hay personas que esperan y quieren que gane y también por parte mía, yo espero llegar a los torneos y tener un buen rendimiento, así que siempre se siente la presión. Desde el principio hay presión. Desde que tuve la buena racha tenía presión, la diferencia es que tenía mucha confianza porque venía ganando partidos. Acá no he empezado de la mejor manera, pero en algún momento espero que llegue esa oportunidad. No me voy a matar la cabeza con este resultado ni con los que he tenido; al final esto es tenis, se gana y se pierde. Lo único que sé es que no puedo caer», expresó.
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Sin dudas, la colombiana es una jugadora que se siente con más comodidad en el polvo de ladrillo, pero es consiente de que el circuito demanda jugadoras que sean capaces en cada una de las superficies. «Creo que estoy aprendiendo a descifrar cómo tengo que jugar acá (en hard), porque a veces me quedo en que quiero jugar a un solo ritmo y al final eso no hace daño cuando juego ante este tipo de jugadoras que tienen un solo ritmo, juegan plano, recto, a los lados».
Y fue más autocrítica: «A mí normalmente me gusta usar mis variantes. Acá tengo que encontrar la manera de hacer todo esto, pero tengo que tomar la iniciativa desde el principio. No puedo pretender hacer variantes o cambiar el ritmo si estoy detrás de la pelota. De pronto puedo trabajar más mi movilidad, estar más rápida, llegar más fuerte. Son cosas que tengo que ir agarrando».
Por último, tomó lo hecho por Emma Raducanu y Leylah Fernandez en el US Open como una motivación para saber que ella también puede lograr cosas históricas. «Ver a las chicas de mi edad jugando y ganando títulos quiere decir que uno también puede. Es de admirar lo que ellas hicieron porque es muy duro. Hay que tener cabeza fría y estar ahí en cada bola, en cada momento y cada oportunidad. Motiva lo que ellas hicieron y espero que llegue mi momento».
Redacción Match Tenis
