El tremendo momento que atraviesa Carlos Alcaraz, reciente campeón del US Open y flamante número uno del mundo, podría generar grandes expectativas y presión. Sin embargo, el joven murciano ha dejado claro en una rueda de prensa previa a la Laver Cup que no se siente abrumado por el deber de representar al tenis con perfección.
Preguntado sobre si piensa en sí mismo como “el mejor embajador del tenis”, Alcaraz prefirió remarcar que lo importante no es ese título simbólico, sino lo que sucede cada vez que pisa la pista. “No lo pienso”, dijo con serenidad. Añadió que todos los jugadores cumplen cierto papel fuera de la pista también.
«No pienso en ser el mejor embajador del tenis y tener la presión de hacerlo. Todos los jugadores de tenis somos los embajadores de este deporte. Intento hacerlo lo mejor posible en cada partido. Amo jugar al tenis y es por eso que lo disfruto tanto», confesó.
Además, resaltó que el reconocimiento y la admiración que recibe son agradables y bienvenidos, pero no son su guía. Su mirada está puesta en seguir creciendo, mantener la constancia, trabajar duro para subir su nivel partido tras partido. No hay privilegios en ser el número uno, ni en derrotar a grandes rivales; hay, sí, una obligación personal de mejorar, algo que admite consciente.
«Esos puntos, golpes y partidos ataren a gente porque diría que es algo diferente. No es algo que haga para llamar la atención del público es porque amo jugar al tenis. No siento presión de ningún tipo. Solo pienso en disfrutar cada vez que salgo la pista y en hacer disfrutar a todo el público del tenis. Para mí ese es el sentimiento más importante y eso es todo lo que intento hacer»
