La capitana del equipo colombiano entregó detalles del trabajo realizado durante los últimos días en Rionegro.
Luego de la histórica clasificación del equipo masculino al Grupo Mundial de la Copa Davis, ahora es turno para que la delegación femenina haga respetar su localía en la Copa Federación que comenzará a partir de este 6 de febrero en el departamento antioqueño.
Los trabajos de preparación del equipo comandado por Catalina Castaño comenzaron el pasado 29 de enero con el arribo de María Camila Osorio a las instalaciones del Club Campestre de Rionegro. Luego fue el turno de Emiliana Arango, y en el cierre de la semana, Antonia Samudio –subcampeona en el Mundial Juvenil de Cuenca– y las barranquilleras María Paulina Pérez y María Fernanda Herazo, completaron la delegación que representará a Colombia en esta edición del torneo femenino por equipos.
Por eso, ahora que cuenta con todas las jugadoras a disposición, la risaraldense entregó detalles sobre la preparación. «Nos hemos sentido muy bien, el equipo ha entrenado de buena forma», expresó la capitana en una charla con la Liga Antioqueña de Tenis. «Hemos tenido la oportunidad de prepararnos junto a otros equipos, y eso es muy importante porque el nivel se asemeja bastante al que nos vamos a encontrar en la competencia oficial. Llega un equipo en excelentes condiciones«, sostuvo Castaño.
Al ser un equipo cuyo promedio de edad ronda los 19 años, los días previos a un desafío del calibre de la Copa Federación son vitales para no sucumbir ante el nerviosismo. «Se trata de crear un ambiente agradable para las niñas. La tensión antes de un partido es inevitable; por eso me parece importante que cuando estén en otros ambientes, las jugadoras puedan divertirse», explicó la ex jugadora, que representó en 74 ocasiones al país en este certamen.
A pesar de la juventud de la convocadas para la edición que se llevará a cabo entre el 6 y el 9 de febrero, la capitana ha sido testigo del proceso, pues, a excepción de Antonia Samudio, las demás integrantes cuentan con tres y hasta cuatro años de experiencia. «Veo al equipo más maduro. Ya han competido representando al país en Copa Federación y tienen claro lo que significa«, comentó.
Sin duda, la altura de Bogotá fue determinante para que Colombia impusiera las condiciones en el choque del último fin de semana, ante Suecia, en el Palacio de los Deportes. Rionegro no es Bogotá, pero si está ubicado a una altura considerable: 2.080 metros sobre el nivel del mar. «La altura pudo ser una ventaja en años previos, pero con el paso de los años, ese tipo de atenuantes han perdido relevancia. El deporte es cada vez más profesional y las jugadoras están mejor preparadas«, aseguró la líder del equipo nacional, que este año cuenta con la juvenil Jessica Plazas como invitada.
Redacción Match Tenis