Esta es una de las preguntas que me hacen muchos de mis clientes y jugadores de todos los paises de habla hispana que me consultan diariamente. Lo que les explico es que el miedo a ganar es miedo a perder.
Me gustaría empezar este artículo con un texto de mi colega Claudio Sosa:
“Cuántas veces un partido que parecía controlado se revierte no sólo por la reacción del rival si no por una retracción emocional de quien ganaba. Ante la cercanía del triunfo, las expectativas de ganar se van reduciendo dando paso a los pensamientos de incertidumbre y al temor a perder, lo que se creía logrado. Los jugadores comienzan a enfocarse en conservar el triunfo que todavía no alcanzaron, por lo tanto, dejan de tomar riesgos, retroceden en su posición en la cancha y se vuelven defensivos. En ese momento aparece el bloqueo mental y dejan de pensar en la posibilidad de ganar y se enfocan solo en la posibilidad de perder. El jugador debe aprender a controlar sus pensamientos y evaluar más la posible ganancia que la posible perdida y así se bloqueara menos y no resultara tan susceptible a los efectos del temor a perder”
A esta reflexión añado, que tanto con el miedo a ganar como con el miedo a perder, estás focalizado en el resultado y sobre todo tienes miedo a que suceda algo que no deseas y no lo puedes controlar.El miedo, ya sea a ganar o a perder, o cualquier otro tipo de miedo tiene que ver con que quieres controlar o evitar que ocurra algo para tí desagradable o altamente amenazante.
Cuando tienes miedo a ganar quieres evitar dejar de ganar, por lo tanto temes perder. Mientras que cuando tienes miedo a perder, quieres controlar y eliminar también la posibilidad de perder que encierra todo partido de tenis. Luego nuestra mente utiliza la estrategia de generar miedo, preocupaciones, intranquilidad y tension para controlar y eliminar el resultado de “perder” que es tan probable como el de “ganar” y cuya posibilidad la misma competición encierra. Queremos controlar y eliminar tener que perder a cualquier precio, incluso pagando el precio de sufrir con miedo, intranquilidad, tension y presión antes de perder.
No queremos perder porque nos hace sufrir y nuestra mente, sin embargo, genera “sufrimiento para dejar de sufrir”. No tiene sentido lógico pero a nuestra mente le dá igual. Lo único que quiere nuestra mente, ego o raciocinio es sobrevivir y utliza cualquier estrategía aunque ésta no sea funcional, es decir aunque no funcione para el objetivo deseado, en este caso “no sufrir”.
Nuestra mente lucha desesperadamente por controlar algo que es incontrolable “el resultado”y nuestra mente, ego o raciocinio desarrolla estrategias mentales-emocionales como el miedo, la intranquilidad, el estrés, la presión y la preocupación para controlarlo.
En este caso el miedo, la preocupación, la tension o el estrés son inversiones emocionales que hacemos para que no suceda algo que no deseamos. Es como un “deal” o “trato” para controlar desesperadamente la situación: “Me preocupo, paso miedo, me presiono y sufro para que no me pase nada malo. Ya estoy invirtiendo y estoy lo suficientemente preocupado, intranquilo y sufriendo como para que encima pase algo peor. Ya he invertido, entonces espero que ya no me pase nada malo”
Como he afirmado más arriba, con el miedo a ganar o a perder, el estrés de competición y la preocupación, presión o intranquilidad, queremos controlar el resultado, que es como afirmar que quiero controlar la vida o lo que es lo mismo determinar cómo, cuándo y dónde me tienen que suceder que cosas. Entonces el tenis deja de ser un juego para ser mentalmente como un campo de minas altamente amenazante, en el que hay que moverse con precaución y con mucho cuidado, controlando cada movimiento para que no pase nada malo. Ahí se acaba la diversión, la intuición, el juego y la capacidad de riesgo porque la competición se convierte para nuestra mente (raciocinio) en un peligro y altamente amenazante, al experimentar una y otra vez que el resultado está fuera de nuestra área de influencia y control. Por eso tratamos desesperadamente de controlarlo y manipularlo.
¿De qué depende entonces el resultado si no lo puedo controlar?
El resultado no se puedecontrolar y sin embargo tenemos distintas convicciones mentales de cómo generamos resultados que son muy interesantes y que tienen distintas consecuencias según estés convencido de uno u otro punto de vista.
Una convicción muy común que tenemos, sobre todo en deporte, es que los resultados están en función de lo que hacemos, el trabajo o el entrenamiento. Es decir según esta convicción la formula mental es que los resultados o éxitos están en función de lo que hagamos y trabajemos por conseguir algo.
R= f (Trabajo / Hacer)
Si analizamos esta formula, la causalidad no es completamente cierta en sí o no funciona en su totalidad porque según esto, podemos entender que cualquier persona que trabaje mucho ganaría mucho dinero o que los que más entrenan ganan más trofeos y esto no es así. Luego esta formula no explica todos los resultados que tenemos en nuestra vida. La consecuencia de vivir según esta convicción es que tenemos que trabajar mucho, muy duro y sacrificarnos para conseguir resultados. Los resultados fáciles son escasos o poco merecidos y apreciados.
Otra convicción muy extendida es que los resultados están en función de la suerte, el destino o el azar. Cuantas veces no hemos escuchado en deporte que ha faltado ese poco de suerte neesaria para ganar o que no tenemos suerte en un torneo determinado o con un contrario con el que perdemos siempre de forma inexplicable. También hay muchos que piensan que el saber competir y el talento son dones que vienes dados, no entrenables. Y otros defienden, como Toni Nadal, que todo se puede entrenar. En Psicología hay muchos que defienden que la genética determina en alto grado la personalidad de las personas. Según esto el destino, la suerte o el azar determina en última consecuencia como eres y los resultados que tendrás en tu vida.
R= f (Suerte / Azar)
Tampoco esta formula tiene una causalidad lógica que funciona puesto que no explica todos los resultados. Muchos resultados que tenemos en nuestra vida no son causa de la suerte y vivir con esta convicción tiene la consecuencia de que muy pocas cosas en tu vida dependen de tí sino de si has nacido con suerte o con mala suerte.
Un tercer punto de vista es que los resultados están en función de una intención en la que vivimos. Y digo conscientemente “ en una intención en la que vivimos” que no es “nuestra intención”. Esta diferenciación es muy importante.
R= f (Intención)
Este punto de vista explica todos los resultados y tiene la ventaja con respecto a las otras dos convicciones, que cuando no tienes los resultados que deseas o tienes resultados que no quieres, puedes mirar cuál es la intención en la que vives y de la que no eres consciente para poder cambiarla. Por ejemplo, si tu intención declarada y consciente es ganar partidos y subir tu tenis a un nuevo nivel de éxitos pero no lo consigues a pesar de que entrenas duro y haces todo lo que te dicen para lograrlo, puedes estar seguro de que hay una intención, de la que no eres consciente, que no te permite conseguir lo que deseas.
Para poner un ejemplo y aunque parezca paradójico, muchos de mis jugadores se frenan o bloquean en tener éxito y en sacar todo su potencial porque temen ser rechazados. Temen envidias, poner a sus familias en situaciones economicamente complicadas o temen que los demás los vean como arrogantes, petulantes y creidos, es decir, perder a los suyos o que haya un distanciamiento. En definitiva que un nuevo nivel de éxitos les lleve a situaciones no conocidas amenazantes en las que pueden ser altamente rechazados o les haga salir de su circulo conocido o zona de confort en sus vidas.
Esta intención de “no ser rechazado” de la que no son realmente conscientes está en conflicto con la intención declarada de “ganar torneos de más categoría”, tener más éxito y llevar su tenis a un nuevo nivel de resultados. Este conflicto mental del que no son conscientes, les lleva paradójicamnente a frenarse y no utilizar con determinación oportunidades en su carrera deportiva que todos ven que han desperdiciado y les hace jugar por debajo de sus posibilidades.
Por eso en el Coaching que hago con mis jugadores descubrimos juntos cuáles son las intenciones no conscientes en curso que les impide conseguir lo que desean y cuáles son las convicciones que les están frenando. Este proceso de concienciación y transfomación es muy liberador y permite cambios rápidos, sin tener que entrenar muchas estrategias, herramientas y rutinas mentales en pista que además no pueden funcionar a largo plazo o de forma duradera, por el conflicto de intenciones en curso.
La ventaja de ponerte mentalmente en este útimo punto de vista „R= f (Intención)“es que averiguas si hay alguna intención de la que no eres consciente que te frene en conseguir tu intención declarada y deseada. Esto te permite simplemente cambiar de intenciones y poder elegir la intención que deseas teniendo de nuevo las riendas de tu vida en tus manos. Lo único que tienes que hacer es cumplir las condiciones que el resultado requiere. Para conseguir un resultado no tienes sólo que trabajar y hacer, sino cumplir las condiciones que ese resultado conlleva y que no siempre implica hacer. A veces es necesario todo lo contrario, no actuar para conseguir algo. Cuanto más grande el resultado, tanto más condicines tienes que cumplir. Algunas veces conoces las condiciones y muchas veces las tienes que averiguar sobre la marcha y cumplirlas. Es simple pero no sencillo.
Llegados a este punto, nos podemos preguntar, si se trata de cumplir las condiciones que requiere un resultado: ¿por qué producimos miedo para querer controlar el resultado? o lo que es lo mismo, ¿con qué intenciónproducimos miedo?
Muy fácil ,como he explicado al principio, con la intención de eliminar de nuestra vida un resultado o resultados que no queremos y como forma de controlar lo que nos pueda pasar y también para controlar que condiciones quiero cumplir o no cumplir. A veces preferimos controlar el no perder, fallar, sufrir o tener decepciones a cumplir las condiciones que el resultado requiere. El único problema es que como he dicho más arriba no podemos controlar los resultados que no nos gustan. Llegados a este punto, nos podemos preguntar ¿qué hay de malo en fallar, perder o preguntado de otra manera ¿qué hay de malo en sufrir, en tener decepciones?
Para nuestra mente, raciocinio o ego es terrible porque su función es garantizar nuestra supervivencia, lo único es que esta estrategia, como he explicado más arriba, no funciona porque no nos lleva a no sufrir, sino que sufrimos por adelantado, antes de que pase lo que no queremos que ocurra, porque ya tenemos miedo y ya estamos sufriendo. Queremos eliminar a toda costa todas las malas emociones o sentimientos, las decepciones de todo tipo, queriendo sólo tener buenas sensaciones, emociones y buenos momentos. El problema es que la vida no es así. Otra pregunta interesante que nos podemos hacer es ¿Por que queremos evitar a toda costa emociones como la tristeza, la rabia o el miedo?
La vida está compuesta por todas las emociones, por qué entonces querer eliminar y reprimir este tipo de emociones. si no son ni malas, ni incorrectas, sino que tienen una función. Al querer eliminarlas de nuestra vida a toda costa lo que tenemos es una vida tensa, y reprimida. Lo importante es saber cómo eres tú con las emociones. Es decir cuánto tiempo te dura una emoción, cómo es de intensa y con qué frecuencia la tienes. Una cosa es experimentar sufrimiento, es decir que te sucedan cosas que no te gustan y otra muy distinta es sufrir. Tu respuesta mental-emocional a lo que sucede es la clave. Si mantienes largo tiempo, con mucha intensidad y muy frecuentemente este tipo de emociones, te puedes preguntar, con qué intención mantienes el dolor, el sufrimiento, el miedo, la presión, la intranquilidad. Como he ido explicando durante todo el artículo, las intenciones pueden ser variadas dependiendo de la emoción, en el caso del miedo la intención principal, a parte de que las utilices como un motor en tu vida, es la de manipular y controlar los resultados. La elección mental-emocional que tenemos es:
- Eliminar y controlar posibilidades que te llevan a querer manipular tu vida y la de los demás como muestra de desconfianza en tí y en tu vida ó
- Permitir, aprobar y asumir todas las posibilidades existenten que te permite elegir y diriguir tu vida como muestra de tu confianza en tí y en los demás en vez de manipular.
Aquí tienes la elección mental de confiar o desconfiar de tí, de tu vida y de los demás. La confianza conlleva la entrega, es decir el permitir y asumir todos los resultados, todas las emociones y todas las posibilidades, también perder, sufrir, fallar. Con la confianza no pones resistencia a la esencia de las cosas y estás en un grado máximo de aprobación y haciendote responsable de todos los resultados en tu vida y sus consecuencias.
La desconfianza te lleva a querer controlar y manipular, a eliminar y controlar que en tu vida no ocurran determinados resultados y que no existan todas las posibilidades. Esto te lleva a una vida de tensión, reprimida y en el fondo apagada y contenida en vez de una vida con entusiasmo, divertida, tranquila y más feliz.
Con la confianza máxima en tí mismo y en tu vida permites entregarte y jugar el juego con todas las consecuencias. Los mayores logros especialmente en tenis, no tienen nada que ver con el EGO Y el CONTROL, sino con la ENTREGA, PASIÓN Y COMPROMISO TOTAL para cumplir todas las condiciones que el resultado requiere con plena confianza en sí mismo y en los demás.
!En la dedicación, amor, entrega y pasión total está la clave del éxito y de poder hacer las cosas a pesar del miedo! El amor como forma de entrega neutraliza el miedo.
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[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/706901921202880512/jOLUz2r3.jpg» ] Maite Torres Terry. Twitter @flowandgrow: psicóloga deportiva certificada y experta reconocida internacionalmente en el campo del entrenamiento mental, mental-coaching y el entrenamiento hacia el éxito. Con su “Success-Power-Program” no sólo apoya a jóvenes promesas del tenis, jugadores del circuito profesional WTA y ATP, jugadores de tenis en silla de ruedas y a entrenadores de tenis, sino también a muchos otros deportistas profesionales en distintas disciplinas deportivas a nivel internacional.[/author]