El austriaco se convirtió en el 66º jugador en ganar un torneo de Masters 1000.
Nada se pierde con intentarlo debió pensar Dominic Thiem antes de enfrentar uno de los mayores desafíos de su carrera: Roger Federer (100 títulos, 27 Masters 1000), quien llegaba con nueve victorias consecutivas y quince sets al hilo. Además, los dos antecedentes sobre pista dura habían quedado en sus manos.
Con esos pergaminos, el jugador de 25 años salió a abrirse campo en un camino que estaba plagado de obstáculos, que empeoró tras la perdida del primer set. No obstante, éste encontró la manera de darle vuelta al encuentro y hacerse con el triunfo más importante de su carrera, luego de una batalla que superó las dos horas de juego.
«Es irreal», dijo el primer austriaco en ganar un Masters 1000 desde Thomas Muster en 1997 (Miami). «Disfruté cada segundo. Es un placer competir contra Roger en esta gran final. Es una de las grandes leyendas de todos los tiempos. Perdí mis dos últimas de Masters 1000, pero gané esta y me siento tan bien como en un Grand Slam».
Para sumar su tercera victoria ante el suizo, Thiem ‘tuvo que adaptarse a su juego. «En el primer set jugaba de manera increíble. Era completamente diferente a mis oponentes de la semana. Luego empecé a luchar para abrirme camino en el partido. Tenía que luchar para salvar esos puntos de quiebre antes de tiempo». Y continuó, «fue un muy buen partido hasta el final y tuve que luchar para cumplir mi objetivo».
Con este resultado, el dirigido por Nicolás Massú igualará el mejor ranking de su carrera (4º del mundo) y además, se convertirá en el quinto jugador -activo- con récord positivo ante el de Basilea (3-2).
Redacción Match Tenis
