En la actualidad, este hombre tiene 76 años y pertenece al Opus Dei.
Hablar de Benjamín Anzola es sinónimo de triunfo y servicio. El oriundo de Yacopí, Cundinamarca, ha gozado de una vida marcada por el tenis y el estudio, lo que lo llevó a ser el primer jugador colombiano en estar en el Salón de la Fama Universitario de Estados Unidos. Por eso, esta semana es el protagonista de nuestra sección: refrescando la historia.
Formado en el antiguo Club de Tenis Gran Colombia -conocido posteriormente como Club Campestre Fontanar- Anzola participó en torneos nacionales e internacionales como el Orange Bowl, enfrentando a destacados jugadores de talla mundial como Arthur Ashe y Rod Laver.
Fue campeón nacional en las categorías juveniles en 1960, en sencillos y también dobles (haciendo apareja con Kurt Wodak). En mayores, fue campeón nacional en dobles (tres veces con el fallecido Nunil Velasco), finalista en sencillos, en 1962, y en dos ocasiones también se quedó con el segundo escalón en dobles mixtos. Además, hizo parte del Equipo de Copa Davis de Colombia junto a William “El Pato” Álvarez, José Alejandro Cortes y Gustavo Castillo.
Sin embargo, sus planes cambiaron drásticamente en una serie de Copa Davis en 1961, en Ecuador. “Surgió algo que dio un vuelco a mi vida. Mis planes estaban para estudiar en Bogotá pero me ofrecieron la opción de estudiar en los Estados Unidos y, enseguida, mi respuesta fue positiva, aunque mi preocupación era que mis padres no tenían los medios. Entonces, entre José Alejandro Cortés y de la Federación Colombiana de Tenis me ayudaron a conseguir una beca deportiva”.
Anzola viajó a Estados Unidos para estudiar Administración de Empresas en la Universidad Estatal de Wichita y fue allí donde hizo historia, gracias a sus destacados resultados en el circuito universitario. En 1964 tuvo un registro de 15 triunfos y 2 derrotas, en 1965 lo mejoró a 15-0, mientras que en 1966 registró un balance de 17-0, para un total en su carrera de 47-2 en su carrera. Además, fue campeón de la Missouri Valley Conference, por lo cual años más tarde se convirtió en el primer tenista de su universidad en ser incluido en el Salón de la Fama del Tenis universitario (1986).
En 1965 su Universidad fue invitada a jugar la ronda de clasificación de un importante Torneo en Houston, Texas, llamado River Oaks, donde participan los mejores 16 del mundo y los otros ingresaban al cuadro principal por clasificación. “No estaba entre los favoritos, pero gracias a que se jugaba en arcilla pude ganar tres partidos”, recuerda. “La sorpresa fue que tuve que jugar en primera ronda ante Rod Laver”, recuerda. El resultado final fue lo de menos, aunque en ocasiones, y con amigos cercanos, Anzola, afirma: “En esa ocasión ganó Rod Laver”.
Al terminar su carrera Universitaria en 1966, Benjamín se encontraba en su mejor nivel, así que intentó incursionar a nivel competitivo pero se le presentó la oportunidad de hacer un Master en negocios dando por terminada su carrera tenística. “Sabía que después de eso el tenis iba a pasar a un segundo plano”.
Hoy en día, este gran atleta del deporte blanco es un servidor de Dios a través del Opus Dei en Colombia y enmarca su vida en una sola frase: “La vida es como un partido de tenis, para triunfar hay que aprender a servir bien”.
Información proporcionada por Ivan Anzola.
[author title=”Andrés Vargas Peraza ” image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/1064624716093239296/ZyWDOQfI_400x400.jpg”]Periodista especializado en tenis. Exjugador de tenis con puntuación ITF. Miro el deporte desde una perspectiva diferente. Estuve en el lugar del deportista, ahora del periodista. Director y editor del portal www.matchtenis.com Twitter: @andresvarperaza. [/author]
