Novak Djokovic, siempre dispuesto a mezclar la seriedad de la competencia con una sonrisa, dejó una simpática anécdota durante Wimbledon 2025 al hablar sobre su hijo Stefan.
El serbio, que se prepara para enfrentar al italiano Flavio Cobolli en los cuartos de final, reveló que su hijo de 11 años ha estado viviendo el torneo como un auténtico aficionado más, acercándose por su cuenta a los jugadores para pedir autógrafos. “Creo que ya tiene los autógrafos de todos… excepto el mío”, bromeó Novak entre risas.
Lo más curioso del caso es que Stefan incluso compartió pista con Cobolli, próximo rival de su padre, y tampoco dudó en pedirle una firma. “Está en las nubes, ama este deporte”, confesó Djokovic, dejando ver el entusiasmo con el que su hijo sigue cada jornada en el All England Club. Lejos de incomodarle, el campeón de 24 Grand Slams lo toma con naturalidad y orgullo: “Por mi parte está todo bien, lo acepto”.
Estas palabras no solo humanizan al ícono del tenis, sino que reflejan una dinámica familiar donde el respeto por el juego va más allá de los lazos de sangre. Que Stefan admire a otros jugadores y se mezcle con ellos como un niño más, es para Novak un motivo de alegría. Y aunque aún no tenga el autógrafo de su propio padre, parece que, para él, Djokovic ya es mucho más que una firma: es su inspiración diaria en la pista.