Compromiso. Esfuerzo. Sacrificio. Constancia. Perseverancia. Humildad. Podríamos rellenar este espacio con la enorme lista de virtudes que caracterizan a Rafael Nadal como tenista y como ser humano. El legado del español que este 3 de junio festeja 34 años de vida servirá para mostrarle a las futuras generaciones cuál es el camino que más los acercará a cumplir sus sueños.
Siempre se hablará sobre los títulos y los récords que Rafa ha conseguido a lo largo de su carrera deportiva. También se recordará ese ADN competitivo que lo ha catapultado al olimpo del tenis mundial y, como no, su impecable actitud de respeto ante los rivales -y ante el público-, sin importar el resultado de cada partido en un deporte en el que no resulta extraño ver a los protagonistas destruyendo sus raquetas.
Otra de las cosas que se le destacan al mallorquín es que son (muy) pocas las personas que lo han visto exteriorizando su frustración tras un mal resultado. De hecho, nunca ha roto una raqueta dentro de la pista. Por eso, hoy decidimos rememorar una anécdota del día en que Gastón Gaudio lo derrotó por los cuartos de final del Argentina Open 2005, cuando todavía era una joven al que una derrota de ese tipo no tendría por qué haberle causado mayor frustración:
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/1122365846247096320/gFoXr9nB_400x400.jpg» ]Marcelo Becerra Concha (@Marcelob11) Disfruto conociendo el mundo del deporte desde adentro. Bogotá.[/author]
