No quise estar. No. Era demasiado. No quise estar porque preferí quedarme con un recuerdo muy personal. No quise estar porque sabía que era el día. Y él también. Lo noté cuando le miré a los ojos la tarde de antes. Lo sentí en su voz. No quise estar, no. No quise. Lo vi solo en mi habitación. Porque solo digiero mejor las cosas. Llámame raro.
Lloré. Pero si no lloras, de pura emoción, en noches como la de ayer es que eres de piedra o no valoras todo lo que ha hecho por este deporte. No entiendes la lógica de la competición. No entiendes que, por encima de un partido, están las personas. Desconoces que los jugadores como él no son especiales por lo que han logrado si no por lo que son cuando nadie les mira.
Porque la grandeza se construye con humildad. Con discreción. Con pasión. Con mesura. Con empatía. Con resiliencia. Con sinceridad. Y solo así logras que la pista de tenis más importante de España coree tu nombre a lágrima viva. Solo así consigues que la gente te respete por tus valores. Solo así obtienes su cariño. Su entrega. Su devoción.
Cuando tú primero, como deportista, les admiras a ellos. Cuando tú, primero, les brindas tardes inolvidables. Les haces olvidar sus problemas rutinarios. Les llevas a otra dimensión. Les induces al son de una raqueta y un grito inconfundible.
Feliciano López se emociona durante el discurso de Ferrer [Foto: Getty Images]
Y, además de todo ello, tienes un gesto con ese pequeño que se acerca con más vergüenza que miedo, bola en mano, para que estampes tu firma en una pelota que guardará como un auténtico tesoro. Y posas para una foto con la señora mayor que lleva toda la vida, en la sombra, apoyándote desde el rincón preferido de su casa. Peleándose con el marido hasta convencerlo y hacerlo fanático también.
Y, por si fuera poco, saludas, uno a uno, a todos los periodistas cuando llegas a un evento. Les das las gracias. Eres quien toma el micro y reconoces también su trabajo. Y te haces una foto de familia con todos ellos el día de tu adiós. Y vuelves a darles las gracias.
Esta mañana me levanté y sonreí. De orgullo. Ojalá aceptásemos estos principios como ley de vida. Ojalá la sencillez reinara sobre el artificio y nos alejásemos de lo absurdo. Ojalá ese niño al que firmas la bola, mañana sea tu clon. Aunque tú, David, eres único. Y lo único siempre tiene magia. El mayor título de tu carrera está en el corazón de todos nosotros. Gracias por todo lo que le has dado y dejado al tenis. Gracias por tu ejemplo. Gracias, Ferru.
[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/947115456313389056/6XbxWQhc_400x400.jpg” ]DAVID SÁNCHEZ: @DASanchez__. Periodista especializado en tenis. Autor del libro ‘Sentir el tenis’ y co-fundador de ‘Slice’, el canal de YouTube del tenis en español. Ha publicado en medios como CNN Chile, Sphera Sports, SportYou o El HuffPost y colaborado con emisoras radiofónicas como Radio MARCA, esRadio, RNE o Radio Internacional.[/author]
