Lucas Pouille demostró su capacidad de adaptarse a las diferentes superficies donde hace una estación: en esta ocasión, el francés ganó el título del ATP 250 de Stuttgart, sobre césped, para sumar su tercer campeonato en el circuito ATP, recordando que anteriormente se proclamó en Metz 2016 (pista dura cubierta) y Budapest 2017 (tierra batida).
Pouille, quien está llamado a estar en la parte alta del ranking masculino en los próximos años, debido a su facilidad para jugar al tenis y a los grandes resultados que ha venido cosechando en los últimos años, se coronó campeón del torneo alemán, que tuvo como máximas figuras a Roger Federer y Grigor Dimitrov. El tenista de 23 años, derrotó en la final a Feliciano López por 4-6, 7-6, 6-4 en más de dos horas de juego y así pudo inaugurar su palmarés en el césped.
Antes de superar al tenista español, el nacido en Grande-Synthe, Francia y quien ingresó al cuadro principal por una invitación, dejó en el camino a Jan Lennard Struff (levantando bola de partido), Philipp Kolshlchreiber y a Benoit Paire.
La final más lóngeva de los últimos 40 años fue para Gilles Muller:
En un duelo de especialistas en pistas rápidas, Gilles Muller se impuso a Ivo Karlovic con parciales de 7-6 y 7-6 para coronarse campeón del ATP 250 de s’Hertogenbosch. La victoria significó para el nacido en Luxemburgo su segundo título ATP, recordando que en el mes de enero celebró en Sydney. Cabe resaltar que esta final fue la más longeva en los últimos 40 años, ya que la edad de ambos competidores sumó un total 72 años.
Redacción Match Tenis
