El suizo estiró a 30 su racha de sets ganados de forma consecutiva.
Cuando el calendario marca el 6 de julio, Roger Federer goza de momentos memorables. Justo en el día que se cumplen 15 años de su primera consagración en un Grand Slam, el suizo festejó los 200 partidos en La Catedral con una victoria sobre el alemán Jan-Lennard Struff, a quien superó con parciales de 6-3, 7-5 y 6-2 en el último turno de la cancha central.
Una vez más, el nacido en Basilea exhibió un tenis de altísimo nivel que lo catapultó hacia su décima victoria consecutiva con el plus de no haber cedido ni un solo set. «Mantuve la concentración hasta el final del encuentro y estoy muy feliz por eso. Pienso que ha sido un gran día. Para mí ha sido importante verme tan seguro y eficiente en todos mis juegos de saque«, confesó el ocho veces campeón, minutos después de consumar la 94ª victoria de su carrera sobre el césped sagrado.
Y es que, además de acercarse un poco más al centenar de triunfos en el jardín de su casa, el helvético (175) superó a Jimmy Connors (174) como el jugador con más victorias sobre césped a lo largo de la historia. «Me encanta saltar a la cancha hacer mi trabajo, es una sensación increíble», remarcó. «Este torneo me trae grandes recuerdos, es un sentimiento único cada vez que juego aquí. Por eso me tomo cada partido como si fuera el último e intento dar lo mejor de mí», agregó.
En los octavos de final, el Nº1 del mundo se medirá ante Adrián Mannarino, quien despachó al ruso Daniil Medvedev por 6-4, 6-3, 4-6, 5-7 y 6-3. Sobre el galo, Roger expresó: «Hace poco jugamos en Basilea un partido muy apretado que, por cierto, estuve cerca de perder (…) A él le encanta jugar en esta superficie y todos sabemos que es un gran luchador».
Redacción Match Tenis
