La ex tenista colombiana se refirió a las falencias que, según ella, existen en las categorías formativas de nuestro país, y también explicó las diferencias entre su época como juvenil y la era actual.
Durante sus años como juvenil, Gabriela Mejía recorrió las ciudades del país con la ilusiónde convertirse en profesional y vivió en carne propia la dinámica del tenis juvenil colombiano. Hizo parte de la Copa Colsánitas en 2007 y 2008 (alcanzó los cuartos de final) y, hoy, su labor como entrenadora de las categorías juveniles en la Academia IMG le ha permitido aprender cómo se trabaja en las categorías formativas de EE.UU.
Tras haber estado observando el partido de uno de sus pupilos, que viajaron desde Estados Unidos para disputar el ITF Grado 3 que se llevó hace un par de semanas en el Club Guaymaral de Bogotá, la hermana de Nicolás Mejía se dispuso a hablar con el equipo de Match Tenis.
«Me impresiona la cantidad de papás que se preocupan por los resultados de sus hijos en una etapa en la que ganar o perder no es determinante», comenzó diciendo. «No veo a los niños disfrutando. Hay mucho talento, hay jugadores que podrían aspirar a ser proyectados como profesionales, pero no hay que olvidar que son niños y que esto es un juego. (…) Y si no lo disfrutan, si no se les enseñan aspectos básicos del tenis como el desplazamiento de piernas o la postura física, va a ser muy difícil marcar la diferencia», agregó la entrenadora, quien considera que los juveniles cafeteros se encuentran en desventaja con relación a los estadounidenses y a los europeos. «En este torneo he visto a muchos que golpean bien la pelota, pero físicamente no he visto alguno que se destaque, y eso me preocupa, porque estamos muy lejos de los niños provenientes de EE.UU y Europa«.
Su máxima preocupación radica en la falta de alternativas para formar a los jugadores junior en Colombia. «Mientras allá los forman como atletas, acá sólo nos preocupamos de que los niños comiencen a jugar desde los cinco años. Pienso que sería positivo incentivar a los padres para que le inculquen a sus hijos la práctica de varios deportes; por ejemplo, jugando fútbol podrían mejorar el movimiento de piernas. Así estarán más cerca de convertirse primero en atletas, y después en tenistas», sostuvo. «No importa si el niño comienza a jugar tenis a los seis años o si lo hace a los nueve; lo realmente importante es la base atlética con la que cuentan».
Otro de los motivos de las falencias en las categorías menores, según Gabriela Mejía, es el contexto actual, en el que la tecnología ha transformado la cotidianidad de los niños. «En otra época, los niños nos distraíamos en los parques jugando rayuela y haciendo actividades que, sin saberlo, contribuían con nuestro proceso formativo; en cambio, hoy en día, los niños han perdido esa posibilidad de mejorar sus capacidades motrices», explicó.
Diferencias entre el circuito nacional actual con el de su época como juvenil
La actual entrenadora de la Academia IMG supo recorrer el país disputando los distintos certámenes del Circuito Nacional. En aquella época, la estructura del tenis juvenil estaba compuesta por la categoría de Ascensos, el Circuito Colombia y las Élites. «Me parece que el formato de nuestra época era más adecuado y resultaba más competitivo. El aspecto económico no era indispensable para figurar en las primeras posiciones. En aquel momento, el que figuraba en el top 10 era porque de verdad tenía nivel para estar ahí, no como pasa actualmente, que muchos de los que aparecen de primeros es gracias a que cuentan con la posibilidad de viajar a muchos torneos a nivel nacional», argumentó.
Finalmente, se mostró crítica ante las falsas expectativas que le crean los padres y los entrenadores a sus pupilos. «El campeón nacional debería ser el que figura como Nº1 a nivel nacional, así como sucede en los Grand Slams… tu puedes ganar un Futuro, pero no por eso eres campeón mundial (…) No me parece que en un Grado 5, los padres y los entrenadores estén diciendo que el niño es campeón nacional, cuando sabemos que los torneos de dicha categoría no son los más competitivos», y advirtió que «transmitirle esas falsas expectativas a los niños tiene un efecto negativo». «El niño se va a sentir feliz como ‘campeón nacional’ habiendo ganado un Grado 5, pero más adelante va a sufrir un duro golpe», finalizó, invitando a reflexionar acerca de las estrategias que priman en la formación de los jugadores más jóvenes en Colombia.
Redacción Match Tenis
