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Redacción por: Andrés Rodríguez
En la dinastía Jarry, el tenis no es solo patrimonio de Nicolás. Este 2025, su hermano Diego Jarry se abrió paso con fuerza en el circuito profesional, logrando un hito clave: sus primeros puntos ATP. A sus 22 años, el menor de los Jarry ha combinado su talento, determinación y la presión inevitable de cargar un apellido de alcurnia para comenzar a forjar su leyenda personal.
Durante el Challenger de Temuco, Diego remó desde la fase de clasificación. Superó a Bruno Oliveira por 6-4, 3-6, 6-1. Como si fuera poco, Jarry consiguió superar al chileno Nicolás Villalón, por 3-6, 6-4, 6-4 en la ronda final de la qualy, lo que le permitió avanzar al cuadro principal, donde finalmente hoy fue superado por el boliviano Juan Carlos Prado Angelo por 4-6, 6-7(7).
El peso de su apellido no pasa desapercibido: es hermano de Nicolás Jarry y nieto de Jaime Fillol, la raqueta histórica chilena, y ha pasado buena parte de su carrera entrenando bajo esa sombra. Con su hermano, además del apellido, comparte su estatura, por lo que su juego está basado en su saque y sus potentes golpes de fondo.
Sin embargo, su camino ha sido un poco distinto: a diferencia de Nicolás, Diego optó por perseguir una carrera universitaria y competir en división uno en Estados Unidos. Paralelamente, ha empezado a jugar sus primeros torneos profesionales. Aunque compite bajo la bandera estadounidense (nació en EE.UU.), Diego ya ha expresado su deseo de representar a Chile en el futuro.
Más allá del logro numérico, lo más impresionante ha sido su carácter: de jugar torneos universitarios en EE.UU. a dar pasos firmes en el tenis profesional, Diego ha demostrado que no solo quiere ser “el hermano de”, sino un Jarry con nombre propio.
Ahora, con ese impulso y los primeros puntos en su bolsillo, su mirada ya está puesta en lo que sigue y seguramente en alcanzar algo, si no es que más, del éxito que su hermano ha conseguido.
