El entrenador colombiano trabaja actualmente en la Academia IMG, en Bradenton (Florida), y está a cargo de un grupo de alto rendimiento en el que se encuentra Nicolás Mejía.
A sus 73 años, Ivan Molina acumula el cansancio propio de los años de un profesional del tenis en todo el sentido de la palabra. Pero eso no importa. Hablar con él significa inmiscuirse en la vida de uno de los grandes de este deporte, uno de talla mundial. Te devuelve a una época en el que ser jugador de tenis y viajar por el mundo era toda una odisea.
“No había teléfono, tampoco celulares y te tocaba viajar solo durante meses”, afirma el ex tenista y ahora entrenador, que mientras compitió en el tour derrotó a jugadores de la talla de Rod Laver, Arthur Ashe, Manuel Orantes, Adriano Panatta, Harold Solomon y Raúl Ramírez, íconos de una era en la que todavía se vivía a blanco y negro. Además, fue el protagonista de una de las historias doradas del tenis en nuestro país, al conseguir el primer título de Grand Slam (para Colombia) junto a la histórica Martina Navratilova, en la modalidad de dobles mixtos de Roland Garros 1974.
Match Tenis tuvo la oportunidad de tener una larga y distendida charla en la que Molina hace un viaje cronológico a lo largo de su vida para tocar temas que quizás para muchos seguidores de este deporte en el país son desconocidos, pero que sin lugar a dudas abrieron el camino para que el tenis sea un deporte reconocido en el país.
En esta primera entrega de la entrevista, ‘El zurdo’ como fue llamado en su natal Medellín, habla sobre sus inicios y las vivencias en el entonces Grand Prix, recuerda anécdotas alrededor del mundo y cuenta lo que le dejó el tenis para su vida.
Pregunta: Usted es un hombre particular. En Colombia se le recuerda por ser uno de los pioneros de este deporte pero su nombre no retumba tanto, ¿A qué cree que se debe eso?
Respuesta: Es porque yo vivo afuera del país y no tengo mucho contacto con la Federación Colombiana de Tenis, especialmente con el anterior presidente. Con el actual, David Samudio, tengo una buena relación pero en realidad no hablamos mucho.
P: Cuéntenos un poco de su etapa como jugador, cuando empezó en el tenis, me imagino que todo era diferente…
R: Sí, realmente todo era diferente. Yo jugué 16 años en el circuito profesional, tuve en 1975 un ranking de 22, aunque todavía no estaba la ATP en ese entonces, se llamaba el Grand Prix, y el ranking lo basaban a partir del primero de enero al 31 de diciembre de cada año. Luego fue cuando se implementó el escalafón que sigue rigiendo hasta hoy.
P: En su época no existía la ATP, pero jugadores que después pertenecieron a este circuito ya competían en ese entonces, ¿Cuáles fueron los mejores triunfos que registró?
R: Yo le gané a Rod Laver, que fue número uno del mundo y el único jugador que ha ganado todos los Grand Slam en el mismo año; también a Arthur Ashe, Manuel Orantes, Adriano Panatta, Harold Solomon y Raúl Ramírez, que estaban entre los mejores del mundo en ese momento.
P: ¿Cómo hacía usted para sostener su carrera en ese entonces? Los premios no eran tan buenos como son ahora.
R: Sí, es verdad, no eran tan buenos y era todo diferente porque anteriormente no había computador, no había celular, era todo por cartas y uno tenía que escribir a los torneos para que lo invitaran. En los torneos le daban a uno un dinero por participar y estadía muchas veces también. Con eso era que lograba ir a los eventos. Además, ahorros que tenía por haber jugado y ganado otros torneos. También era entrenador. Luego, todo empezó a funcionar como lo conocemos ahora.
P: No se lo he preguntado hasta ahora, pero cuénteme por qué empezó la relación entre el tenis y usted…
R: Yo estudiaba en el Liceo de la Universidad de Antioquia y después empecé a jugar tenis y béisbol. Llegué a estar en el equipo de béisbol junior, quedé de Pitcher Champion en Antioquia, pero después dejé ese deporte y seguí con el tenis. Progresé rápido, fui número tres juvenil de Colombia detrás de Jairo Velasco, que era de Bogotá. Después me fui, estuve tres meses en Venezuela, en principio, para jugar un torneo junior pero me quedé allá y me dejaron jugar el Campeonato Nacional de Tierra, en arcilla, y me lo gané. Después de ahí empecé a jugar la gira del Caribe, y me pregunté, ¿Qué tengo que hacer en Colombia? Entonces fue cuando decidí irme para Europa como todo un aventurero en 1965.
P: ¿Cómo fue esa llegada al Viejo Continente?, ¿Se estrelló con otra realidad?
R: Fue difícil. Sí me estrellé, porque me fui solo, no es como ahora que los jugadores tienen un montón de comodidades, etc… Yo tenía un dinero que me habían dado de algunos torneos y también me ayudó en ese momento el profesor Aníbal Leal. Antes de viajar estuve en el Campestre de Cali un tiempo, trabajando, y entonces el profesor me ayudó con algunos socios para cubrir los gastos de mi viaje a Europa. Cuando llegué me quedé en Barcelona y luego empecé a jugar los torneos, al año siguiente vine a Colombia, me gané el campeonato Nacional y pues de ahí nunca paré de jugar tenis.
Ivan Molina junto a Andrés Vargas Peraza, quien realizó la entrevista
P: Un momento que ha quedado en la historia del tenis colombiano fue cuando usted ganó Roland Garros, en dobles mixtos en el 74. ¿Cómo fue eso para usted y cómo se vivió en el país?
R: Realmente fue normal. Lo digo porque en Colombia no se le daba mucha publicidad al tenis porque lo tenían como un deporte de élite, entonces no tuvo el auge que, por ejemplo, han tenido los títulos de los doblistas. A parte de ese título también jugué la final de 1977 de Roland Garros y tampoco se tuvo muy en cuenta.
La historia con Navratilova es particular. Como en esa época los torneos se disputaban al mismo tiempo (hombres y mujeres), yo estaba en Hamburgo junto a un grupo de suramericanos como Jairo Velasco, Patricio Cornejo, y estábamos comiendo. De pronto apareció Martina (Navratilova) con un grupo de amigas y nos pusimos a hablar y a tomar algo, Me dijo: ¿Con quién vas a jugar en Roland Garros? Le respondí que no tenía pareja. Entonces me invitó a jugar y listo, así fue como lo ganamos.
P: ¿Tiene alguna anécdota que a la fecha de hoy recuerde?
R: Hay varias, muchas, diría yo. Pero recuerdo mucho cuando jugué la final del torneo de Teherán en 1975, y allí estaba el Sha de Persia junto a su esposa Farah Diba. Luego que se acabó el partido junto a Eddie Dibbs subimos un rato a donde estaban y compartimos con ellos. También recuerdo que en un Canadian Open, que ahora es la Rogers Cup o Masters 1000 de Canadá, le gané en una semana a Harold Solomon, Arthur Ashe, Rod Laver y llegué hasta semifinales. Fue una época inolvidable. No se me olvida haberle ganado a Raúl Ramírez cuando era el número 3 del mundo y ese triunfo nos dio la victoria ante México en Copa Davis.
P: ¿Qué fue lo más bonito que le dejó el tenis?
R: Muchas satisfacciones… Lo que dije antes de haber llegado a la final en Teherán, haber jugado las semifinales del Canadian Open, la Copa Davis contra México y Estados Unidos. En dobles. también tuve varias alegrías, junto a Jairo Velasco hicimos muy buena pareja, ganamos torneos (Kitzbühel) y jugamos varias finales.
P: ¿Hay algo de lo que se arrepienta?
R: No de nada. Tal vez de no haber tenido las facilidades que tienen los jugadores ahora, patrocinadores o de viajar con algún entrenador. Yo pienso que me habría ido mejor, pero pues a mí me tocaba hacer todo solo, yo tenía que viajar, comprar los pasajes y todo de mi bolsillo, fue duro.
Espera este viernes la segunda parte de la entrevista en la que ‘El zurdo’ revela por qué se convirtió en uno de los mejores entrenadores del mundo.
[author title=”Andrés Vargas Peraza ” image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/1064624716093239296/ZyWDOQfI_400x400.jpg”]Periodista especializado en tenis. Exjugador de tenis con puntuación ITF. Miro el deporte desde una perspectiva diferente. Estuve en el lugar del deportista, ahora del periodista. Director y editor del portal www.matchtenis.com Twitter: @andresvarperaza. [/author]
