La oriunda de Bremen se convirtió en la primera alemana que se corona en La Catedral desde Steffi Graf (1993).
Angelique Kerber se convirtió en la nueva campeona de Wimbledon, luego de imponerse sobre Serena Williams por 6-3 y 6-3. “Estoy muy feliz, debí jugar mi mejor tenis para ganarle a una gran campeona como Serena”, expresó Kerber, visiblemente emocionada, luego de consagrarse.
Era el tercer duelo en una final de Grand Slam entre la europea y la norteamericana, por lo que el césped sagrado se presentaba como el escenario en el que ambas jugadoras lucharían por aventajar a su rival en partidos definitivos. Y fue para la teutona, quien logró el 12º título de su carrera profesional, el segundo de este 2018 y el tercero en torneos de Grand Slam. “Nadie confiaba en mí después de la mala temporada que tuve en 2017, pero fui capaz de retomar mi nivel y mejorar lo que necesitaba”, expresó la campeona.
“Me sentía algo nerviosa antes del partido. Serena es una de las grandes campeonas de la historia, así que es muy especial esta victoria”, confesó Kerber, que ya había caído en la final de 2016, precisamente ante la siete veces campeona en Londres. “¿Por qué jugué tan bien? Porque tengo 30 años, es decir que ya tengo experiencia y la experiencia es muy importante“, agregó.
Más adelante, la nueva reina del All England, que aparecerá el próximo lunes en la 4ª posición del ranking WTA, se refirió a las claves del gran nivel que mostró a lo largo de estas dos semanas y recordó momentos de su niñez. “Aprendí a sacar más rápido, gracias a Wim -Fissette- (su nuevo entrenador). Y ese fue un elemento muy valioso en esta final”, explicó la germana, que en esta temporada ha sido la única jugadora capaz de alcanzar -como mínimo- los cuartos de final en los tres majors que se han disputado. “Mi primer recuerdo sobre Wimbledon fue con Steffi Graf como campeona. No me olvido del título que ganó aquí sin ceder sets (…) Desde niña, mi sueño era ganar Wimbledon. Este era el Grand Slam que más quería ganar”, dijo.
Redacción Match Tenis
