La italiana obtuvo el título más importante de su carrera.
Lo que Camila Giorgi soñó de pequeña, poco a poco, ha empezado a convertirse en una realidad; eso sí, llegó unos años más tarde de lo esperado, pero llegó gracias a la victoria que le entregó el título del WTA 1000 de Canadá, que hasta ahora ha sido el más importante de su carrera y que la llevará a instalarse entre las 35 mejores del mundo.
Pero más allá del relevante registro obtenido este domingo tras coronarse campeona en un torneo de esta magnitud, es importante conocer lo que hay detrás de esta mujer de 29 años, que aunque suene extraño, no hace parte del sistema, en gran medida, al ser dirigida por su padre, un particular personaje que ha causado molestia en agentes y uno que otro escándalo en el tour.
Justamente su padre, Sergio Giorgi, es quien guía sus pasos en el circuito WTA, es un excombatiente de la Guerra de Las Islas Malvinas y su experiencia allá lo ha llevado a ‘no comer cuento’ y tampoco dejarse llevar por el opulento mundo del tenis. «Vi compañeros morir, aunque evité mirar sus cuerpos. Estuve por lo menos cuatro veces cerca de la muerte. Tuve la suerte de salir vivo de ahí», comentó
Tras salir de la guerra, Sergio fue a estudiar medicina en Roma gracias a una beca y allá conoció a Claudia Fullone, mamá de su hija tenista, y con quien trabajó arduamente para formar a Camila con una doctrina diferente: Estar alejado de ese sistema opulento del tenis. «Cuando Camila tenía siete años, la llamaron de la Federación Italiana de Tenis y nunca fuimos. Es un mundo difícil, está monopolizado. Hay ciertas compañías, tienen a sus agentes y no se manejan bien. Fue positivo, pero también negativo porque no teníamos dinero para jugar torneos”, recordó el oriundo de la Plata que perdió en un accidente de tránsito a otra hija.
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Camila que soñaba de pequeña todas sus tardes con ser la número uno del mundo, registra a lo largo de su carrera tres títulos WTA y seis finales más. Además, su mejor actuación en un Grand Slam fueron los cuartos de final en Wimbledon 2018 y sus octavos de final en Wimbledon 2012 y US Open 2019, que la llevaron a ocupar el puesto 26º del mundo.
Ser vista como una tenista que puede ser embajadora de marcas gracias a su talento y a su belleza la han puesto como objetivo de grandes compañías pero su padre se ha rehusado en muchas ocasiones a que empiece a ser parte del sistema. «En mi casa tengo un montón de contratos rechazados. En 2018 después del buen torneo de Wimbledon que hizo Camila, me vinieron a ver, pero con contratos que no eran útiles. Ahora, la ropa que Camila luce la diseña mi mujer, no tiene marca y es una de las mejores del circuito. Nunca entendí por qué el mundo del tenis es tan cerrado, tan controlado».
Continuó, “Hay agentes con los que discutí. Ahora no se me acercan tanto, pero me conocen, entonces estoy tranquilo», añade el padre. «Quiero construirle el futuro a Camila porque a las jugadoras les dan poco dinero, salvo a las Top 20. Y no me conformo con eso. Soy un poco idealista y en este mundo en el que se maneja tanto dinero, no se puede ser tan, tan idealista. La mayoría en el mundo del tenis son tiburones. Hay que estar atentos”.
Alejada del sistema, la italiana se coronó este domingo campeona en el WTA de Montreal luego de superar por tercera vez consecutiva a Karolina Pliskova, una jugadora a la que enfrentó en nueve ocasiones, con un registro de 4-5. Sin embargo, los tres últimos duelos quedaron en su poder.
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[author title=»Andrés Vargas Peraza » image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/1064624716093239296/ZyWDOQfI_400x400.jpg»]Periodista especializado en tenis. Exjugador de tenis con puntuación ITF. Miro el deporte desde una perspectiva diferente. Estuve en el lugar del deportista, ahora del periodista. Director y editor del portal www.matchtenis.com Twitter: @andresvarperaza. [/author]