El papel de Roger Federer durante la temporada 2018 fue digno de aplaudir. Un nuevo título de Grand Slam -el vigésimo-, la vuelta al número uno del mundo, convirtiéndose en el más veterano en hacerlo, y dos consagraciones más, lo dejaron, a los 37 años, en la tercera casilla del escalafón mundial.
Por eso, la llegada del 2019 representa una nueva prueba a la vigencia del nacido en Basilea, que tras la finalización de la Copa Hopman, donde se estrenó con victoria, viajará a Melbourne para defender la corona que capturó en 2017 y que retuvo en enero pasado.
En caso de revalidar su condición de campeón en el Australian Open, Federer podrá tachar su primer propósito de año nuevo: alcanzar los cien títulos en el circuito ATP. Desde su 99° consagración en Basilea, el suizo tuvo la oportunidad de llegar al centenar de trofeos en París y en Londres, pero en ambas ocasiones cayó en semifinales.
Para no dejar de lado los números redondos, un par de meses más tarde, Roger intentará, primero en Halle y luego en Basilea, convertirse en el segundo jugador capaz en coronarse diez veces en un mismo certamen. Rafael Nadal lo hizo la última temporada en el Conde de Godó y en Roland Garros, y ya lo había conseguido antes en Montecarlo.
Será muy difícil alcanzar a Djokovic, quien no defiende puntos importantes durante la primera parte del año; y ya con el récord de más semanas en la cima del escalafón mundial (310), lo único que deberá preocuparle al helvético es no salir del top 50 para mantener su racha de veinte años consecutivos como uno de los cincuenta mejores jugadores del circuito.
Redacción Match Tenis
