En una entrevista exclusiva durante Roland Garros, Gerard Tsobanian, presidente y director ejecutivo del Mutua Madrid Open, reveló su ambiciosa visión para el futuro del torneo: no solo aspira a convertirlo en un Grand Slam, sino en algo aún más grande, un «Super Slam».
«¿Por qué limitarnos a un Grand Slam? Quiero un Super Slam«, declaró Tsobanian, destacando la necesidad de replantear el formato tradicional del tenis. El concepto de «Super Slam» aún no está completamente definido, pero Tsobanian sugiere que el deporte necesita adaptarse a las nuevas demandas del público. Propone acortar los partidos y llegar más rápidamente a los enfrentamientos entre los mejores jugadores.
«Los aficionados quieren ver rivalidades entre los mejores jugadores lo antes posible. No quieren partidos con un gran desequilibrio entre jugadores. Queremos llegar al fin de semana de un Grand Slam rápidamente, porque es cuando comienzan los partidos interesantes», comentó.
Una de las ideas innovadoras que considera es la implementación de sets de cuatro juegos, como se ha probado en las Next Gen Finals: «Hay que crear una dinámica un poco más corta. Los jóvenes no tienen la paciencia de antes. Les gustan los deportes más cortos e intensos. Lo mismo ocurre con el tenis. Hay que intentar que los partidos no sean demasiado largos».
Además, Tsobanian no descarta el regreso de la polémica arcilla azul, utilizada en Madrid en 2012. «No es una idea muerta. El azul era muy bueno, pero hubo mala suerte, mala práctica, mala preparación. El drenaje no era el adecuado, y eso creó problemas. La próxima vez, lo prepararemos adecuadamente y lo implementaremos paso a paso».
Y cerró con una declaración bastante arriesgada sobre quién decide que un torneo sea o no de Grand Slam: «¿A quién se le pide permiso para crear un quinto Grand Slam? ¿A quién se le habla? Como nadie ha dicho si debo hablar conmigo mismo, con mi hermana, con mi madre o con Dios, supongo que hay que hablar con Dios, el Dios del tenis, porque el otro Dios tiene cosas más importantes que hacer. Y no sabemos quién es el Dios del tenis. Ni siquiera ha dejado un número de teléfono».