18 largos meses tuvo que esperar Mardy Fish para volver al circuito profesional. ¿El escenario? El Challenger de Dallas donde jugó por primera ronda del dobles junto a su entrenador Mark Knowles. Y el regreso fue completo: victoria 6-4, 7-5 ante los primeros preclasificados James Cerretani y James Cluskey.
El estadounidense, cabe resaltar, jugó por última vez en el torneo de Winston-Salem 2013 (agosto) donde cayó ante Jarkko Nieminen en segunda ronda y desde ahí se mantuvo alejado por los problemas cardíacos que empezó a sufrir a mediado de 2012. «Sentía que el corazón se me salía del pecho», afirmaba por esos días el tenista que supo ser siete del mundo en 2011.
A pesar del parate ese año, Fish jugó seis torneos desde Wimbledon hasta el US Open, cosechando en muchos de ellos buenas actuaciones. Pero en el último Grand Slam del año de ese 2012 decidió poner pausa antes de enfrentar a Roger Federer por la cuarta ronda. Y a pesar de que volvió en 2013, las sensaciones no fueron las mismas de antes. De hecho, se acercó al golf y en ese momento relató las dificultades que vivió luego de sus problemas de corazón, una de ellas en un avión. «Entré en pánico. Mi esposa saltó de su asiento y empezó a decir que necesitábamos bajar del avión cuanto antes. Fue bastante embarazoso, pero yo nunca hubiera tenido el coraje de hacerlo».
Lo cierto es que Mardy tiene planeado volver al circuito de lleno a sus 33 años. Su próxima parada en el singles será el Masters 1000 de Indian Wells, donde intentará medir su ritmo. El nacido en Minnesota ha ganado seis trofeos en su carrera y llegó otras 14 veces hasta la final.
Redacción MATCH TENIS
