Murray y sus amigos cumplieron el objetivo. Después de 79 años, Gran Bretaña volvió a levantar la ensaladera de plata, tras vencer cómodamente a su similar de Bélgica por 3-1. La eliminatoria que llegó 2-1 a favor de los ingleses al domingo, fue sentenciada por el número 2 del mundo, quien mostró gallardía y convicción en el cuarto punto para superar a David Goffin (6-3, 7-5, 6-3), y darle a su país, por décima vez, el trofeo más importante del tenis por equipos.
Todo estaba en manos del británico, ganador de dos Grand Slam. Tras haberle dado a su país los dos puntos disputados en la serie – el viernes le ganó a Ruben Bemelmans e igualó la conforntación- y el sábado junto a su hermano Jamie logró quedarse con el match clave de la serie- este domingo tenía todo a su favor para dar el gran golpe en suelo foráneo y acabar con la sequía de su país que se remontaba al año 1936, cuando Fred Perry lideró el último equipo inglés que logró levantar la ensaladera de plata.
Murray, cargado de entusiasmo, y claro, algo de presión, salió en busca de una de las victorias más importantes de su carrera, y una que según él, merecían, «por haber derrotado a las tres naciones de Grand Slam, en su camino a la final». Entonces el brtiránico enfrentó no solo a David Goffin, con quien tenía un registro cristalino a su favor (2-0), sino a miles de aficionados belgas, que soñaban con un domingo utópico, en el que esa nación que apenas cuenta con algo más de 11 millones de habitantes, celebraran un hecho histórico.
Sin embargo, ni Goffin, ni un abarrotado estadio de Flanders Expo, pudieron hacer algo ante la ilusión británica, puesta sobre la raqueta de Murray. Este combatió con regularidad (37 tiros ganadores – 39 errores no forzados) los ataques de su rival y supo aprovechar sus opciones en el primer parcial. Un quiebre a cayó de su lado en el sexto game, y minutos más tarde el set quedaría en sus manos.
Para el segundo set, el trámite del encuentro fue mucho más parejo. Murray continuó con su plan establecido: más aciertos menos fallos. Por su parte, Goffin se recuperó de los errores garrafales que cometió en la primera manga y sus misiles empezaron a hacer daño en su rival, tanto así, que estuvo a punto de forzar el tiebreak. No obstante, Murray, apretó el gatillo en el onceavo game, volvió a romper el servicio del centroeuropeo y con brillantes cerró un set que lo dejó mucho más cerca de su objetivo.
Con la tranquilidad de tener a su favor dos sets de ventaja, Andy salió a dar la puntada final. Una duda le hizo ceder por primera vez su saque en el choque. A pesar de eso, recordó cuál era su objetivo y rápidamente hizo retornar todo a la normalidad. Con la pizarra igualada, cabalgó por la tierra dele estadio belga como si fuera su superficie predilecta y dos ruptura más a su favor, le terminaron dando el tan anhelado triunfo.
Murray, quien ganó todos los partidos que disputó este año en Copa Davis puso a celebrar a una nación histórica, que había desaparecido del mapa en el último medio siglo. Por su parte Bélgica, nuevamente queda a las puertas de levantar la ensaladera de plata, y así como en 1904, también ante los ingleses, iguala su mejor actuación en esta competición.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/624815401361346560/g6HAHEGJ.jpg» ]ANDRÉS VARGAS PERAZA: @andresvarperaza. Periodista especializado en tenis. Exjugador de tenis con puntuación ITF. Miro el deporte desde una perspectiva diferente. Estuve en el lugar del deportista, ahora del periodista. Director y editor del portal www.matchtenis.com.[/author]