Novak Djokovic ha concedido una entrevista, en profundidad, a ESPN, en la que habla acerca de todo lo que pasó por su cabeza en los momentos más complicados de su carrera deportiva, cuando, tras ganar Roland Garros 2016, comenzó su declive en el circuito al que se añadió la lesión en el codo que sembró muchas dudas e interrogantes sobre su figura.
El serbio recuerda con cariño el momento en el que se proclamaba campeón en París, por primera vez; un hito que le hizo conseguir, al fin, los cuatro Grand Slams. “No pude escuchar el resultado”, confiesa. Tras esa gesta, comenzó una nueva etapa en su carrera deportiva en la que el ex número uno mundial tuvo que reencontrarse a sí mismo. “Mi ‘tanque’ emocional para competir estaba vacío“, comenta. “Me preguntaba si podría volver al nivel que había jugado durante tantos años. La derrota desgarradora en los Juegos Olímpicos me dolió mucho y, probablemente, sea donde gasté todo lo que me quedaba en el ‘tanque’“.
La final perdida en el US Open 2016, ante Stan Wawrinka, no ayudó. En 23 meses, desde entonces, Djokovic solo ganaría dos torneos y no pasaría de los cuartos de final en ninguno de los cuatro Grand Slams. “Me golpeé contra una pared (emocionalmente hablando). Tan pronto como estuve satisfecho alzando los cuatro Grandes y siendo número uno, en lo más alto de mi carrera, estaba agotado”.
“Hubo una batalla dentro de mí. El viejo yo estaba acostumbrado a empujar olvidándose de todo. Como deportista profesional, necesitas la fuerza de tu carácter, esa capacidad de resiliencia. Pero, al mismo tiempo, sucedía algo que necesitaba abordadarse y que no fue abordado de la manera correcta”, explica.
Djokovic vivió un auténtico carrusel emocional interno que se trasladó en malos resultados allá por donde pisaba. El miedo se apoderaba el tenista balcánico que tuvo que trabajar física y, sobre todo, mentalmente para superar la falta de confianza en su tenis. Hizo cambios en su equipo. Boris Becker, Andre Agassi o el propio Marian Vajda fueron cuestionados e incluso apartados de su staff. El campeón de Grand Slams necesitaba un cambio de aires.
“Mi mayor interés es seguir explorando las posibilidades de mi existencia en este planeta, no solo como jugador de tenis, también como ser humano”
“Soy una persona diferente en muchos sentidos. Primero, soy padre de dos niños. Sigo jugando al tenis, que es lo que verdaderamente amo con todo mi corazón y estoy agradecido por tener la oportunidad de competir al más alto nivel. Pero ahora me veo diferente. Mi mayor interés es seguir explorando las posibilidades de mi existencia en este planeta, no solo como jugador de tenis, también como ser humano. No es solo ganar un partido de tenis. No puedes llevarte los trofeos a la tumba”, comenta el de Belgrado.
Jelena Djokovic, esposa del serbio, en Wimbledon [Foto: Getty Images]
La familia y la paternidad ayudaron a Djokovic en estos momentos y le proporcionaron un nuevo rumbo. “Cuando no me iban las cosas bien en el tenis, a una parte de mí no le gustaba eso, pero todavía me sentía feliz porque tenía muchas cosas en mi vida que me estaban haciendo sentir satisfecho“, asegura.
“Hay tanto que podemos aprender de los niños, es increíble. Mi esposa y yo llamamos a nuestros dos hijos ‘pequeños maestros’, porque solo pueden estar tan presentes y plenamente involucrados en el momento. Después, son capaces de pasar de algo que ha sucedido”.
Su esposa, Jelena, es otro de los pilares en la vida de Djokovic. Independientemente de los problemas matrimoniales que haya podido haber en el seno de la pareja, el serbio admira a su mujer. Gracias a ella ha conseguido volver a tomar impulso. “A ella le gusta profundizar y analizar todo en detalle. Le gusta escribir en sus diarios y me hace hacer lo mismo. Tuvimos muchas conversaciones profundas que nos revelaron mucho a los dos y sobre mí, específicamente. Me ayudó a identificar las emociones y los sentimientos de todo lo que estaba sucediendo para entender el panorama en general”.
Novak Djokovic besa el trofeo del Masters 1000 de Cincinnati [Foto: Getty Images]
Parte de ese panorama que identificó pasa ahora por usar sus medios y su ejemplo, como deportista de élite, para favorecer un cambio social. “No creo que el mundo le preste demasiada atención al desarrollo de la infancia prematura, y esos son los años cruciales cuando el cerebro humano se está desarrollando más rápido. Es uno de los problemas cruciales que tenemos en Serbia. Más del 50% de los niños no asisten a escuelas infantiles”.
Para todo ello, Djokovic tiene un ejemplo a seguir: Serena Williams, una persona que le ha ayudado en todo el proceso hasta reencontrarse con su tenis. “Ella inspira a otros deportistas para hacer ambas cosas (compaginar tenis y labor social). De hecho, estuvimos hablando e intercambiando mensajes justo antes de que se pusiera de parto. Fue muy amable y cariñosa al compartir lo que estaba pasando con nosotros. Sentí que conectamos al nivel más profundo”.
Ganó Wimbledon, este año, para volver a las portadas de medio mundo; para reclamar la atención y decirle al gran público que su retorno era un hecho. En Cincinnati hizo historia al coronarse en todos y cada uno de los 9 Masters 1000 del circuito; un hecho inédito en la historia de este deporte. El serbio ha regresado con ganas y tiene las cosas claras. Djokovic vuelve a ser Djokovic.
[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/947115456313389056/6XbxWQhc_400x400.jpg” ]DAVID SÁNCHEZ: @DASanchez__. Periodista especializado en tenis. Autor del libro ‘Sentir el tenis’ (Editorial Libros.com). Voleador nato en la red 2.0 y un jugador regular desde fondo histórico. Ágil y con capacidad de adaptación a todo tipo de superficies textuales. Español pero cosmopolita gráfico. He publicado en medios como CNN Chile, Sphera Sports, SportYou o El HuffPost y colaborado con emisoras radiofónicas como Radio MARCA, esRadio, RNE o Radio Internacional.[/author]
