[OPINIÓN] En medio de la mayor crisis sanitaria del siglo XXI, Novak Djokovic pierde el norte. El tenista serbio comparte en un comunicado público que tanto él como su esposa Jelena han dado positivo por COVID-19. Son los últimos de una lista de contagios en la que asoman otros nombres reconocidos como Grigor Dimitrov, Borna Coric o Viktor Troicki.
¿Cómo es posible que las autoridades sanitarias locales permitieran la celebración de un evento sin restricciones de seguridad? ¿Cómo es posible que el propio Novak Djokovic y los otros jugadores ATP participantes estuvieran de fiesta como si no pasara nada en el resto del mundo; como si los casos de coronavirus no siguieran afectando al resto del planeta?
No voy a pedir explicaciones porque los hechos hablan por sí solos. Porque Novak Djokovic, como número uno mundial y presidente del Consejo de Jugadores de la ATP, lo que debería es dar ejemplo no ser tendencia mundial por ser partícipe de una negligencia. ¿Hemos perdido ya el respeto a los miles de fallecidos y a todos esos sanitarios que se han dejado y se están dejando la vida para salvar la de otros?
Hay cosas mucho más importantes en estos momentos que celebrar exhibiciones de tenis y menos con público cuando las restricciones están más que presentes en todos los países. Cuando incluso regiones como las nórdicas -véase el caso de Suecia en estos días- parecían «salvarse» y, lejos de la realidad, no paran de experimentar nuevos casos.
No quiero recaer en el personalismo sobre Novak. La responsabilidad es compartida con las autoridades. Pero lo que no puede suceder es que ambos (organizadores y autoridades) pasen por alto la salud de miles de personas en una situación de excepcionalidad como la que vivimos.
Incluso medios como Eurosport informan de que el propio Djokovic no estaba de acuerdo con las condiciones en las que se jugaba en Zadar (Croacia). ¿Por qué no se impuso? ¿Por qué no cancelaron el evento si él era la cabeza visible de esta idea «filantrópica»?
Con Djokovic ya hoy sometido al confinamiento como medida preventiva, jugadores como Noah Rubin ya piden sanciones contra los participantes y un posicionamiento reactivo por parte de la ATP en el asunto.
«Claramente, si ATP no denuncia lo que sucedió, demostrará una vez más que solo existe para las estrellas. Que tienen tanto miedo de cabrearlas que están listos para apoyarlas a cualquier coste», explica Rubin en el diario galo L’Équipe.
Desde el máximo organismo del tenis han expresado que: «La ATP continúa instando a la estricta adherencia al distanciamiento social responsable y a las pautas de salud y seguridad para contener la propagación del virus».
El propio Djokovic se pronunció de nuevo, en un segundo comunicado horas más tarde. En él reconoce que se equivocaron y que «era demasiado pronto». El número uno asimismo pide disculpas por lo sucedido y recomienda a los asistentes a Adria Tour que se hagan los tests necesarios y mantengan la distancia social. Además, asegura que aprovisionará a las ciudades de Belgrado y Zadar de los recursos sanitarios necesarios para ello en un futuro inmediato.
Con la reaundación de la temporada ATP prevista para mediados de agosto, el precedente del Adria Tour impacta al mundo como el perfecto ejemplo de inatención.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/947115456313389056/6XbxWQhc_400x400.jpg» ]DAVID SÁNCHEZ: @DASanchez__. Periodista especializado en tenis. Autor del libro ‘Sentir el tenis’. Ha publicado en medios como Forbes, Robb Report, CNN, Sphera Sports o El HuffPost y colaborado con emisoras radiofónicas como Radio MARCA, esRadio, RNE o Radio Internacional.[/author]
