La hexacampeona ganó 11 de los últimos 12 partidos que disputó en Nueva York.
Serena Williams es la historia en carne propia. Las dudas con las que retornó al circuito femenino hace cuatro meses, en el marco de Roland Garros, comenzaron a disiparse un par de semanas después con su destacada actuación en Wimbledon y en este US Open quedaron totalmente en el olvido.
La múltiple campeona clasificó a su segunda final de Grand Slam consecutiva tras haberse quedado con una cómoda victoria sobre Anastasija Sevastova, a quien superó en una hora y cinco minutos con parciales de 6-3 y 6-0. A pesar de comenzar 0-2 y ceder su servicio en el amanecer del partido, la estadounidense sacó a relucir toda su jerarquía para quedarse con doce de los trece games posteriores y así instalarse en la 31ª final de su carrera en torneos major.
De esas 31 apariciones de Serena como finalista, el Arthur Ashe ha albergado ocho, y el próximo sábado tendrá el honor de hacerlo una vez más. En caso de obtener su octava corona en Flushing Meadows, la menor de las Williams igualará a Margaret Court (24 títulos) como la más ganadora de toda la historia en los grandes torneos; para eso, deberá superar a la ganadora de la otra semifinal, que fue la japonesa Naomi Osaka, quién se impuso a la jugadora estadounidense por 6-2 y 6-4 en una hora y 25 minutos de juego.
Redacción Match Tenis
