La menor de las Williams accedió a los cuartos de final por 13° ocasión en territorio australiano, gracias a su victoria ante la número uno del mundo.
Era un duelo entre dos número uno. Por un lado estaba la líder del escalafón mundial femenino y en frente aparecía la mejor jugadora de los últimos 20 años, para muchos, la mejor de la historia. Era un duelo de octavos de final que bien pudo darse en el partido por el título.
Y la victoria cayó en manos de la siete veces campeona en Melbourne, Serena Williams, quien superó a Simona Halep con parciales de 6-1, 4-6 y 6-4 tras una hora y 47 minutos de juego, consiguiendo así su 13° clasificación a la fase de las ocho mejores. «Fue un partido de mucha intensidad para las dos. Por eso se vieron algunos puntos increíbles», aseguró la estadounidense en la entrevista posterior a su triunfo.
Este tipo de resultados no son atípicos en la trayectoria de Serena, quien ha festejado un total de 17 victorias a lo largo de su carrera ante jugadoras ubicadas en la cima del ranking femenino. «Me considero una luchadora que nunca se da por vencida… es algo innato en mí«, explicó la menor de la familia Williams tras capturó su quinta victoria al hilo y la novena en el historial ante la rumana.
Pero a pesar de la supremacía que ha mostrado a lo largo de su carrera ante le gran mayoría de rivales en el circuito, desde que se convirtió en madre, Serena valora aún más las cosas que consigue. «Trabajo muy duro para seguir creciendo y para ganar cada punto. Es un milagro que esté acá«, aseguró.
Ahora, la multicampeona de Grand Slam se medirá en cuartos de final ante la checa Karolina Pliskova, quien derrotó un rato antes a la hispanovenezolana Garbiñe Muguruza con parciales de 6-3 y 6-1 en apenas una hora de juego. El historial favorece a la norteamericana por 2 a 1; sin embargo, en choques correspondientes a Grand Slam están igualadas con una victoria por lado.
Redacción Match Tenis
