A pesar de sufrir para llegar a semifinales en el WTA de Acapulco, María Sharapova sigue dando pasos seguros para alcanzar su segundo título de la temporada en tierras mexicanas.
Foto: Abierto Mexicano Telcel
Acapulco es un fortín para Sharapova. La rusa, dos del mundo, no tuvo los destellos que la caracterizaron en sus dos previas salidas y esta vez, con trabajo sobre los hombros, selló su pase a las semifinales del evento de categoría International al derrotar a la eslovaca Magdalena Rybarikova por 6-1, 4-6, 6-2.
La rusa, finalista en el pasado Abierto de Australia y quien le entregó dos puntos a Rusia en la primera rueda de la Fed Cup ante Polonia hace semanas atrás, fue sinónimo de contundencia en la primera etapa: estuvo 5-0 y apenas cedió 11 puntos en una manga impecable como río cristalino y donde paseó a su rival como cabalgata en plena feria.
En lo que parecía un duelo casi finiquitado, todo se oscureció bajo el manto de la noche que ofrece la paradisíaca Acapulco. Entrado el crepúsculo y en una pista central donde todavía faltaban dos encuentros de la rama masculina por jugarse, la de Siberia empezó a sentir complicaciones desde el servicio, ese que su rival no había vulnerado en los 35 minutos que necesitó el primer set. Rybarikova se montó a la pista como dueña y señora, quebró en el sexto juego, no pudo cerrar el parcial con su servicio pero luego, con las dudas de Sharapova, igualó el tanteador desde la devolución.
Después, volvió el poderío de la escolta del ranking femenino. Intentando aplacar la intensidad de la balcánica, la rusa empezó a meter presión constante la devolución acusando a la profundidad y apenas en el tercer game consiguió la rotura para enhebrar la tercera victoria en línea, la quinta si se suma Fed Cup. Aunque antes tuvo que salvar un juego donde estuvo 0-40 para, a continuación, dar un quiebre definitivo en la aspiración de ganar el partido.
La principal favorita al título va sin límites a la conquista de un torneo en arenas donde jamás ha celebrado. María tendrá que verse ante Caroline García, verdugo de Mirjana Lucic-Baroni por 6-2, 2-1 y retiro de la croata, antes de pisar la soñada final, esa que todos quieren. Allí, de llegar, se enfrentaría a la afortunada búlgara Sesil Karatantcheva (sacó a la puertorriqueña Mónica Puig salvando tres match points – 2-6, 7-6, 6-4) o a la suiza Timea Bacsinszky (dejó afuera a la sueca Johanna Larsson por 6-3, 6-3) para encontrar el premio a su furia: su 35º título en carrera.
Redacción MATCH TENIS
