Ya alejado oficialmente de la actividad profesional desde diciembre de 2015, el sueco, que fue una constante amenaza en el circuito en 2009, 2010 y 2011, debido a los grandes resultados que cosechó en esas temporadas, habló para la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales), sobre la enfermedad que lo distanció del deporte a nivel competitivo y sobre su presente. Además, varios jugadores opinaron del potencial que lo llevó a ser número cuatro del mundo.
Soderling se convirtió en uno de los jugadores más peligrosos del tenis masculino en aquellos años. «Tenía unas armas gigantes y golpeaba la bola súper duro con su derecha. Era un gran jugador de indoor por lo alta que se echaba la bola al sacar» opinó Wayne Ferreira. El de Estocolmo, con un juego totalmente vertiginoso y con un saque fulminante, fue el primer jugador en derrotar a Rafael Nadal en Roland Garros (2009), además fue finalista en esa temporada y en 2010 en la ‘Ciudad Luz’. Asímismo, el título del Masters 1000 de París (2010) y otros seis torneos de menor envergadura lo llevaron a estar en el póker de la ATP. Sin embargo, La mononucleosis, una enfermedad viral que causa fiebre, dolor de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos, obligó a que su carrera tuviera un freno irreversible.
«Comencé a sentir algunos síntomas en Wimbledon 2011, un par de semanas antes de Bastad», que fue el último evento que ganó (derrotó a David Ferrer en la final). «Tuve algo de fiebre y un poco de dolor de garganta, pero no era tan grave, pensé que descansando una semana me sentiría mejor pero no y estaba muy asustado», explicó. «Después del torneo de Bastad tuve mucha fiebre, dolor de garganta y me sentía muy bajo de energía. Estaba muy cansado. Tenía que descansar en el camino de la cama al baño, que eran 10 metros. Estuve muy enfermo durante mucho tiempo».
Robin intentó regresar al circuito en varias ocasiones, pero por más voluntad y preparación física que realizó, su cuerpo no respondió: «intenté volver realmente a finales del año pasado en el torneo de Estocolmo. Me di una oportunidad. Comencé muy bien pero cuando entrené un poco más duro sentí de nuevo los síntomas», reconoce el sueco. «No podía siquiera estar al 80 o 90% y para competir en el circuito necesitas estar al 100%, por eso decidí retirarme».
Atrás quedó la ilusión de la competición pero no de estar alejado del tenis. Ahora, Soderling en compañía de su familia, maneja una empresa de pelotas, grips y cordajes de raquetas. Además es el director del torneo de Estocolmo.
Redacción Match Tenis
