Terence Atmane ha sido la gran sensación de Cincinnati. El joven tenista francés emergió desde la fase previa para llegar como una tormenta hasta las semifinales del Masters 1000. Primero despachó a Taylor Fritz (4.º cabeza de serie) en una remontada vibrante por 3-6, 7-5, 6-3, convirtiéndose en el primer clasificado desde la previa en alcanzar los cuartos en un torneo de este nivel desde 2022. Al día siguiente, continuó su paso demoledor al superar al 7.º sembrado, Holger Rune, por un contundente 6-2, 6-3
Con estos triunfos, Atmane dará el salto más significativo de su carrera: ascenderá cerca de 67 posiciones para situarse cerca del puesto 69 en el ranking ATP, asegurando su entrada al top-100 por primera vez. Además, su bolsa de premios creció espectacularmente: hasta ahora había ganado US $310.376 en la temporada, pero solo con llegar a semifinales se embolsará US $332.160.
Este progreso no solo es monetario y numérico: Atmane es ahora el octavo jugador peor rankeado en alcanzar unas semifinales de un Masters 1000 en la historia moderna, y el primero francés en lograrlo en Cincinnati desde Richard Gasquet en 2019.
Sus declaraciones después de vencer a Rune sonaron sinceras y emocionadas: «No creo que haya palabras para describir cómo me siento ahora… es una locura», confesó. «Estar aquí, en semifinales de un Masters 1000, entrar al Top 100 y, además, con esta victoria… es mucho dinero para mí; será muy útil para mi carrera. Significa mucho. Estoy muy emocionado».
El siguiente desafío será mayúsculo: su primera semifinal del año le enfrentará al número 1 del mundo y defensor del título, Jannik Sinner, que llega con una racha imparable de 25 victorias consecutivas sobre pista dura. Sin embargo, Atmane ya ha demostrado que no tiene complejos: “Él tiene dos brazos, dos piernas… como yo. Es el número 1, gana Grand Slams… bien por él. Este sábado será un partido muy interesante. No tengo nada que perder».