El nacido en Wiener Neustadt se refirió a la importancia de haber capturado el primer título de su carrera en su país natal.
Desde hace un buen tiempo, Dominic Thiem pertenece a la élite del tenis mundial masculino. Cuarto en el ranking ATP, dueño de 14 títulos -incluido uno de Masters 1000- y habitual animador de los grandes torneos sobre arcilla, el austriaco ha demostrado en más de una oportunidad que debe ser considerado como uno de los sucesores al trono cuando el Big Three no esté más en actividad.
Sin embargo, cargaba una deuda que por fin pudo saldar en la jornada sabatina, al proclamarse como el nuevo rey de Kitzbühel, cortando una sequía de 26 años sin campeones locales en el ATP 250 austriaco. “Es, sin duda, uno de los momentos más especiales de mi carrera deportiva”, confesó ante los medios, luego de levantar el trofeo. “Es uno de los días más emotivos para mí, por la conexión que siempre he tenido con Kitzbühel. He venido a este torneo desde que tengo seis años y he tenido la oportunidad de disfrutarlo en muchas ocasiones”.
Ya había tenido la oportunidad de obtener el título en 2014, sin embargo, David Goffin se lo impidió. Pero ahora que superó por fin pudo concretar el objetivo, además de convertirse apenas en el segundo austriaco en consagrarse -emulando lo hecho por Thomas Muster en 1993-, ha cerrado un ciclo. “Recibí el primer wild card de mi carrera acá, así que terminar como campeón es algo increíble. Alcancé una de las grandes metas que tenía desde niño”, confesó.
Con lo hecho ante Albert Ramos, el oriundo de Wiener Neustadt se convirtió en el tercer jugador con tres títulos en lo corrido de la temporada, uniéndose a la lista que completan Roger Federer (Dubai, Miami y Halle) y Novak Djokovic (Australian Open, Madrid y Wimbledon).
[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/1122365846247096320/gFoXr9nB_400x400.jpg” ]Marcelo Becerra Concha (@Marcelob11) Disfruto conociendo el mundo del deporte desde adentro. Bogotá.[/author]
