Jornada distinta para Roger Federer en el ATP 250 de Brisbane. Por los cuartos de final, el suizo dio cátedra ante el local James Duckworth para avanzar a semifinales y ponerse a dos triunfos de un excelsa marca. Ahora, compartirá escena con Grigor Dimitrov.
Foto: Brisbane International
Cambio de luces para Roger Federer en Brisbane. Luego del día entre sombras que vivió ante John Millman, vino la lucidez ante James Duckworth. El de Basilea tomó la batuta desde el inicio y no la soltó hasta el final para sellar el 6-0, 6-1 en apenas 40 minutos, demostrando cambios radicales respecto a su presentación del jueves: más agresivo, dominador, profundo desde la base y certero en la red.
La contundencia del suizo estuvo en niveles estratosféricos; como acostumbra cuando tiene la raqueta caliente. Esta vez no quiso tener ningún tipo de complicaciones y, sabiendo lo que sucedió en su debut, tomó la iniciativa desde el primer punto y logró un tempranero quiebre que sería apenas un aviso de lo que venía a continuación. Federer estuvo en todos los vértices de la pista, cubrió cada espacio como si fuera uno solo y, al momento de atacar, ponía en evidencia las condiciones de uno y otro. Duckworth fue liquidado desde el inicio donde más duele, en lo mental. Un ‘rosco’ lapidario que fulminó las esperanzas del australiano. Roger quebró en tres ocasiones sin ceder oportunidad alguna, 8/8 con su primer saque, apenas dos puntos perdidos con su servicio y ganó 25 de los 31 puntos jugados. Una máquina.
El baile continuó en la segunda parte con la diferencia de que James pudo lograr el game de la honrilla. Federer concentró su mente en avanzar a las semifinales sin el menor desgaste, sabiendo que Australia en estas fechas es una olla que emana vapor. Volvió a quebrar en tres ocasiones más y dejó el pleito liquidado para ponerse nada más a dos triunfos de lograr las 1.000 victorias, marca solamente sobrepasada por Jimmy Connors (1.253) e Iván Lendl (1.071).
Como próximo desafío tendrá al siempre difícil Grigor Dimitrov (derrotó a Martin Klizan 6-3, 6-4), pero que a pesar de los dos enfrentamientos previos entre ambos, el búlgaro nunca ha podido hacerle partido difícil al dos del mundo. Ahora, jugando por primera vez fuera de Basilea, intentará poder hacerle frente a Federer que busca ganar por primera vez en Brisbane.
En la otra parte, un duelo ya muy particular en el último tiempo. Kei Nishikori, tras sacar a Bernard Tomic 6-0, 6-4, irá por Milos Raonic, verdugo de Sam Groth 7-6, 3-6, 7-6. El japonés lidera la serie por 4-1, ganando tres de cuatro partidos el pasado año.
Redacción MATCH TENIS
