El canadiense debió abandonar su partido ante Auger-Aliassime debido a un fuerte dolor en su espalda.
«Los últimos 30 minutos del partido, a pesar de estar jugando en la hora estelar de la cancha central, han sido los más tortuosos que he pasado sobre una cancha de tenis«. Así resumió Milos Raonic la dolorosa situación que atravesó en la jornada del miércoles, mientras enfrentaba a Félix Auger-Aliassime en un choque que prometía grandes emociones.
A lo largo de la temporada, el nacido en Podgorica ha padecido problemas físicos, principalmente en su espalda, y aunque el inicio de la gira norteamericana sobre canchas duras encendió la ilusión de un nuevo comienzo para él, la crueldad de las lesiones reapareció con fuerza en Montreal. «Siento mucho dolor en la zona baja de la espalda. Ha mejorado con respecto a Washington, de hecho me sentí bien en mi primer partido, pero desde anoche volví a sentir dolor», expresó el actual 19° del mundo en una entrevista publicada por el sitio oficial del torneo.
«Hoy fue más doloroso de lo que había sido en mucho tiempo. Sin embargo, nadie me ha dado una razón para que deje de jugar; en teoría, no parecería algo riesgoso, pero sin duda no ha sido una temporada que esté disfrutando«, confesó Raonic, que abandonó la pista visiblemente golpeado por la situación que atraviesa.
Hasta el momento, el canadiense se ha realizado cuatro resonancias magnéticas -la última en la previa del ATP 500 de Queen’s-, pero no ha encontrado la raíz del problema. «Pienso que han sido más que suficientes», explicó. «Este jueves me haré nuevas pruebas, a ver qué es lo podemos detectar», cerró.
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