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El ATP Masters 1000 de Shanghái ya tiene campeón. Y no fue uno de los favoritos. Fue Valentin Vacherot, el monegasco que llegó como el 22.º alternante en la lista de entrada, que sobrevivió a dos rondas de la fase previa, remontó seis partidos tras perder el primer set y terminó levantando el trofeo más importante de su carrera tras vencer a su primo Arthur Rinderknech por 4-6, 6-3, 6-3 en una final para la historia de los Masters 1000.
La jornada comenzó con un encuentro inesperado: Vacherot se cruzó con Roger Federer por la mañana. “Fue más importante que la final. Me dijo palabras muy amables. Verlo en la grada durante todo el partido fue muy especial”, confesó el campeón, aún incrédulo tras su hazaña.
En la cancha, el duelo familiar fue intenso. Arthur dominó el primer set, pero Valentin reaccionó con una versión impecable en el tercero: 17 tiros ganadores, solo dos errores no forzados y 16 de 18 puntos ganados con el servicio. “Probablemente, fue el mejor set que he jugado en toda la semana. Todo hizo clic en el momento justo”, explicó.
La emoción se desbordó tras el último punto. “No entiendo por qué estoy sentado aquí. Es surreal. Lo que vivimos con Arthur fue increíble. Solo uno ganó, pero nuestra familia y el tenis también ganaron”, dijo entre lágrimas.
El camino de Vacherot fue todo menos sencillo. Entró al torneo a último momento, salvó puntos de quiebre en cada ronda de qualy, remontó ante Bublik, Griekspoor y otros rivales de peso. “Cada partido fue un desafío. Estoy feliz de cómo cooperé con todo eso. No lo puedo creer”, agregó.
Con este título, Vacherot entra al Top 50 del ranking ATP, superando su objetivo inicial de terminar el año en el Top 100. “Este torneo estaba en mi mente desde el verano. Sabía que si quería cumplir mi meta, tenía que hacerlo bien aquí. Nunca imaginé que lo ganaría”, confesó entre risas.
La final también dejó su momento curioso en la ceremonia de premiación, cuando Rinderknech sufrió calambres al final, lo que provocó una mezcla de preocupación y ternura en el podio. “Está bien, solo fue un poco de deshidratación. Ya está en el avión”, aclaró Valentin.
El cierre fue con la bandera de Mónaco en alto. “Somos una federación pequeña, uno de los países más chicos del mundo. Pero ahora tenemos un Masters 1000 en singles, dos en dobles, y una final de Grand Slam. Lo que estamos logrando es increíble. Espero que estemos haciendo sentir orgullosos a todos”, concluyó.
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