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Sin hacer mucho ruido, la tenista estadounidense Emma Navarro se ha abierto espacio en el ranking WTA, pues en abril del año pasado ingresó por primera vez al Top-100 y en la presente semana se ubica en la 17ª posición de la clasificación mundial, con grandes oportunidades de seguir subiendo, pues está en octavos de final de Wimbledon 2024, logrando por segundo Grand Slam al hilo un resultado similar, ya que lo consiguió en el pasado Roland Garros.
Navarro, quien juega al tenis por pasión, pues es la heredera de una fortuna de más de mil 500 millones de dólares, superó este viernes a la rusa Diana Shnaider por 2-6, 6-3 y 6-4 para convertirse en la rival de su compatriota Coco Gauff, quien es la segunda preclasificada en el All England Lawn Tennis & Croquet Club.
Emma es hija del empresario Ben Navarro, fundador de Sherman Group y Credit One (negocios especializados en tarjetas de crédito y cobro de deudas); además, tiene inversiones en hoteles, restaurantes, estadios, entre otros. En un aficionado al tenis, hasta el punto de ser el propietario del Western & Southern Open, certamen ATP Masters 1000 y WTA 1000 que se juega en Cincinnati.
En lo deportivo, la deportista de 23 años registra un título WTA, este llegó a comienzos de 2024 en el WTA 250 Hobart (Australia), luego de imponerse a la belga Elise Mertens con parciales de 6-1, 4-6 y 7-5. Lo hecho en suelo londinense, le permite a Emma situarse de momento en la 15ª posición, aunque debe esperar que el torneo avance para que se confirme en esta casilla.
El caso de Emma, es muy similar al de Jessica Pegula, quien también es integrante de una familia multimillonaria, pues la fortuna de su padre, Terrence Pegula, tiene una fortuna de 6 mil 400 millones de euros, es dueño de los Buffalo Bills (NFL) y de los Buffalo Sabres (NHL).
La fortuna de Navarro, y su familia supera la suma de lo ganado por el Big-3, pus según Forbes, su fortuna está dividida de la siguiente manera: Roger Federer (550 millones), Novak Djokovic (240 millones) y Rafa Nadal (220 millones).
