El oriundo de Hamburgo explicó los motivos de su eliminación en la jornada de este domingo.
Una vez más, Alexander Zverev se ha quedado con las ganas de alcanzar las instancias más importantes de Roland Garros. Claro que esta vez se ha dado en un contexto un poco diferente al que lo envolvió en 2018 o 2019, años en los que cayó en cuartos de final.
Este domingo, el teutón se despidió en los octavos de Roland Garros, luego de ser superado por el ascendente Jannik Sinner con parciales de 3-6, 3-6, 6-4 y 3-6, mostrando una versión limitada desde lo físico. Por eso, el tema central de la rueda de prensa post partido giró en torno a su salud.
«No se trataba de ninguna molestia específica. Lo que pasa es que vengo muy enfermo desde la noche posterior a mi partido con Cecchinato. Qué puedo decir, estoy enfermo. Ni siquiera puedo respirar bien, como pueden notarlo en mi voz. También tuve fiebre», explicó.
Si bien fue cuestionado por la gran potencia en la derecha de su rival, Zverev sostuvo que el resultado estuvo influenciado por su estado de salud. «Es cierto, él juega bien. Pero yo no hice nada hoy. Solo traté de poner la pelota en juego y dejar que el hiciera todo. Pienso que es fácil hacerlo cuando le estoy permitiendo todo».
«Para ser honesto, no debí jugar hoy. Tenía la esperanza de conseguir, tal vez, un triunfo en sets corridos, pero desde el comienzo supe que no sería fácil«, agregó el nacido en Hamburgo, que registró 38° de fiebre, según sus propias palabras.
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