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Carlos Alcaraz encendió las alarmas en su debut en el ATP 500 de Tokio tras sufrir una torcedura de tobillo en el primer set de su partido contra Sebastián Báez. Aunque logró continuar y llevarse la victoria, el murciano reconoció la preocupación que sintió en ese momento: “Cuando planté mi tobillo, estaba preocupado. No me sentí bien al principio”, declaró después del encuentro. Esto no le impidió cerrar el marcador con un contundente 6-4, 6-2, pero sí dejó dudas de cara a la gravedad de la torcedura.
Consciente de la importancia de cuidarse, Alcaraz decidió cancelar la sesión de entrenamiento programada para este viernes. El equipo del español prefirió darle reposo absoluto con el objetivo de que llegue en las mejores condiciones posibles al duelo de mañana.
Su partido de segunda ronda ante Zizou Bergs se disputará en el último turno del sábado en Tokio, lo que le da al número 2 del mundo más horas de recuperación. Su rival, actualmente ubicado en el puesto 45 del ranking ATP, está teniendo la mejor temporada de su carrera y espera poder dar el batacazo ante Alcaraz en los octavos de final de mañana. Para el español, el tiempo extra antes del encuentro será clave para evaluar sus sensaciones y posibilidades de competir a plenitud.
Además, la situación llega en un momento crucial para el murciano, que estará enfocado en defender el puesto de número 1 del mundo que consiguió hace unas semanas en Flushing Meadows. En el horizonte inmediato aparecen torneos de máxima exigencia como el Masters 1000 de Shanghái y las ATP Finals en Turín, que serán cruciales para mantener su posición en el ranking y cerrar su temporada con broche de oro. Además, disputará el Six Kings Slams, exhibición a la que querrá llegar con fuerzas para poder disputar el generoso premio de 6 millones de dólares al ganador.
