La dupla estadounidense capturó el título de dobles en la XXXVI edición del Mundial Juvenil en Barranquilla.
La vida es un espejo. Todos somos diferentes, todos nos comportamos de forma particular, pero en el recorrido de nuestras vidas siempre nos acompaña la imagen de alguien a quien admiramos, y por eso elegimos los caminos que nos permitan ser, o al menos parecernos, a ese personaje que admiramos.
Lo común es fijarse en personas con amplia experiencia, que además hayan triunfado en los ámbitos que se desenvuelven. En el tenis femenino ocurre con Serena Williams, con María Sharapova y, por qué no, con Simona Halep, actual número uno del mundo. Pero la historia de Emma Jackson y Alexandra Yepifanova rompe la norma.
Emma tiene 16 años y su compañera de dobles, Alexandra, apenas 15 y, por supuesto, siguen de cerca lo que sucede en el circuito WTA, ese en el que sueñan competir dentro de poco. «Nos conocimos en uno de los campamentos de la USTA, y a partir de ese momento coincidimos en varios torneos, así que nos hicimos amigas y desde entonces hemos estado compartiendo en el circuito, pero solo hasta este año empezamos a jugar juntas», le relata Emma a los micrófonos de Match Tenis.
Y aunque llevan menos de un mes compitiendo como pareja en el circuito, las norteamericanas ya se dieron el lujo de levantar su primer trofeo, luego de superar 7-5(3) y 6-3 en la final del Mundial Juvenil de Barranquilla a la dupla conformada por BoYoung Jeong y Anfisa Danilchenko.
Lo primero que hicieron, luego de abrazarse y saludar a sus rivales, fue revisar sus teléfonos. Pero en vez de comunicarse con sus familiares, los primero que hizo Alexandra fue contarle a su amiga Amanda Anisimova que había conseguido el título. ¿Por qué? «Crecí junto a ella (Anisimova) y somos buenas amigas. Hemos practicado juntas muchas veces, pero nuestras carreras nos llevaron por caminos diferentes», explica Alexandra, quien sueña con llegar al circuito WTA para competir al lado de una de sus mejores amigas.
Mientras Emma y Alexandra se preparaban para jugar en Colombia, Anisimova se robaba todas las miradas al otro lado del mundo, en Melbourne, más precisamente. Con apenas 17 años, la nacida en Nueva Jersey se convirtió en la primera jugadora nacida en el siglo XXI en alcanzar los octavos de final de un Grand Slam. «Fue muy enorgullecedor para nosotras. Hablamos todos los días y en esa semana me contó emocionada lo que se siente competir ante las mejores del mundo. Ella disfruta mucho de estar en el primer nivel, dice que es una experiencia increíble», según cuenta Alexandra.
¿A quién admiran? Podrían dar un nombre común como el de la ganadora de 23 majors, Serena Williams, pero ellas prefieren fijarse en lo que viene haciendo Amanda, su amiga, pues consideran que a pesar de tener la misma edad ella se ha convertido en un ejemplo a seguir en sus nacientes carreras como tenistas. «Hemos visto su crecimiento y sabemos que, además de ser muy talentosa, es una jugadora con ambición de lograr grandes cosas en el circuito. Su mentalidad es envidiable, a veces me gustaría tener un poco más de eso», confiesa Emma ante la risa cómplice de ‘Alex’.
«Lo que hizo en Australia es increíble. Saber todo lo que ha trabajado para llegar al primer nivel la ha convertido en un ejemplo para nosotras y nuestras carreras», agrega una de las campeonas de dobles en esta XXXVI edición de la Copa Barranquilla. «Definitivamente es nuestra ídolo«.