Una licenciatura en Dirección de la Cultura Física del Deporte la ha ayudado a sacar el máximo provecho de sus capacidades físicas en el circuito mundial.
Bogotá es una de las ciudades menos apetecidas por los deportistas, y en este caso por los tenistas, a la hora de diagramar el calendario competitivo. La altura es el principal obstáculo que encuentran los jugadores, debido a que la dificultad para respirar y la manera en la que viaja la pelota por el aire, se convierten en dos factores extra que deben tener en cuenta, además de las virtudes del rival.
Pero cada regla cuenta con su respectiva excepción y, en este caso, la excepción se llama Andrea Villarreal, una mexicana de 24 años que en Bogotá disputó la segunda final de su carrera en torneos profesionales, gracias a los conocimientos adquiridos en la licenciatura que se encuentra estudiando a través de internet.
“Ya cuento con un título profesional, pero hace ocho meses me entró la locura de estudiar algo nuevo y me decidí por una licenciatura en Dirección de la Cultura Física del Deporte vía on line para poder viajar sin problema”, relata la nacida en Monterrey ante los micrófonos de Match Tenis.
Andrea Villarreal, tenista mexicana. Cortesía: Fedecoltenis
Lejos de tomarlo como un pasatiempo, Andrea encuentra en sus clases virtuales una oportunidad de continuar creciendo como deportista. “He aprendido mucho sobre anatomía, nutrición y bioquímica, y a través de todo eso he adquirido hábitos que me benefician al momento de competir. Por ejemplo, acá en Bogotá sé que tengo que comer más carbohidratos y que debo mantenerme hidratada para disminuir los efectos de la altura”, explica y confiesa que, aunque en muchas ocasiones podría emplear el tiempo de estudio para descansar, especialmente cuando está en medio de un torneo, se siente satisfecha con la decisión que tomó iniciando la temporada que finalizó el pasado domingo para ella.
La decisión de la actual 860° en el escalafón WTA de venir a la capital colombiana pasó por un deseo de su entrenador, luego de una temporada en la que sufrió varias frustraciones. “Durante las últimas semanas mostré un buen, pero siempre me derrumbaba en la recta final. Eso me empezó a afectar y perdí confianza. (…) Mi entrenador quería que cerrara el año sintiéndome bien con mi tenis y surgió la opción de jugar dos torneos en África o este de Bogotá, y a mí no se me dificulta mucho jugar en la altura, entonces optamos por venir”.
Y la apuesta parece haberle salido bien a Villarreal, pues, a pesar de caer en la final del ITF capitalino, hiló cuatro victorias en una semana, un saldo más que positivo, teniendo en cuenta que antes de llegar a Bogotá acumulaba siete victorias ITF en todo el año. “El tenis es un deporte en el que se pierde más de lo que se gana. Por eso hago tanto énfasis en mejorar mi aspecto mental. Era frustrante haber sufrido varias derrotas a lo largo de este año, así que esta semana me está ayudando a consolidar lo que vengo trabajando“.
El crecimiento de esta mexicana, al menos en lo que a la mente se refiere, ha sido fruto de las decisiones erróneas que tomó durante 2018. “Al principio del año tenía planeado jugar torneos de mejor nivel, pero fui irresponsable y no pude hacerlo. Viajé por todo el mundo, incluso jugué algunos torneos en Asia (Japón y Corea), y eso me llevó a gastar más dinero del que tenía planeado”, asegura.
Sin embargo, el apoyo económico de su padre le ha permitido mantenerse vigente en el circuito, puesto que, tal como dice, “solo 100 o 150 jugadores a nivel mundial pueden vivir exclusivamente del tenis (…) Por fortuna, mi padre confía en mí, en mis capacidades y he podido seguir compitiendo”, explica Andrea, quien precisa de concretar sus buenas actuaciones en 2019 para sacarle la presión económica a su padre.
Pero más allá de los obstáculos que puedan presentarse en el ámbito económico, a Villarreal la motiva el desafío de mostrar hasta dónde puede llegar en el deporte que practica desde los nueve años. “A pesar de las dificultades que tuve este año, no he renunciado, porque sé que puedo dar más. Seguiré jugando hasta que sienta que no puedo lograr lo que me proponga“, sostiene la oriunda de Monterrey, que este año firmó sus dos primeras finales ITF (Trinidad & Tobago, además de Bogotá), y que a partir de enero intentará seguir aprovechando sus conocimientos en ciencias de la salud del deporte para por fin capturar un título profesional.
Redacción Match Tenis
