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La gira sobre hierba es corta y alucinante. Es la superficie con menos torneos ATP de todo el circuito y aunque no cuenta con un Master 1000 aún, para muchos es la cuna del deporte. Es sin duda un momento único en el año, algo imperdible para los amantes del buen tenis.
Halle logró su transición el 2015 convirtiéndose en ATP 500 y es sin duda alguna un destino imperdible para los que quieran alzarse con el trofeo en Wimbledon; porque sí, aunque suene cansino y repetitivo es para eso que los jugadores se están preparando; todos tienen la vista puesta en la catedral, incluso los que saben que jamás lo ganarán y solo quieren oler el aroma inconfundible que desprende el césped recién cortado de las canchas, o quienes se conforman con ver cómo las zapatillas deportivas desprenden un poco de hierba cuando, al momento de servir, sus grandes ídolos saltan para alcanzar la bola en su punto más alto.
Si algunos aún no creen que cada cita previa a Wimbledon es importante debería preguntarle a Roger Federer, jugador que más veces se ha consagrado en Halle, con 10 títulos, hilando cuatro consecutivos en una ocasión, y quien también ganaría ocho veces el tercer gran torneo del año. Roger es el primer gran ausente gracias a la lesión de rodilla que lo ha mantenido fuera de las canchas desde Wimbledon 2020. La locomotora suiza solo ha faltado 3 veces a este torneo y sin duda su ausencia es un dolor compartido por todos, más aún por lo cerca que pueda estar su retiro.
Por otro lado, en este momento quizá es mucha más conveniente sentir un dolor más grácil y más respetuoso por otro tenista que seguramente nunca volverá a pisar ese césped a modo de aspirante, pues Philipp Kohlschreiber, jugador que lleva en el circuito 22 años y quien ganara Halle en una ocasión en 2011, no jugará, y se suma a la ausencia de Roger. La suya, quizá, un poco más melancólica porque el jugador alemán no ha faltado desde el 2005 a este torneo y porque hace unos días anunciaba, con palabras un tanto frugales, su posible retiro.
Tras su derrota en tierra batida de Múnich dijo el alemán: «El tenis sigue siendo un gran amor en casa, pero ya no tengo la fuerza y la musa para vivir en un hotel semana tras semana»
Por: Juan Diego Forero Vélez