La canadiense suma 33 victorias en lo corrido de la temporada.
El terreno de Indian Wells viene siendo cada vez más fértil para el surgimiento de nuevos talentos en el circuito WTA, especialmente. Un año atrás presenciábamos la eclosión de la doble campeona de Grand Slam y actual N°1 del mundo, Naomi Osaka, y ahora ha sido el turno de Bianca Andreescu, la canadiense de 18 años que viene dando pasos de gigante en el desierto.
Es cierto que tan solo lleva dos meses y medio en el circuito mundial, pero su tenis y la madurez que exhibe para afrontar el contexto de las grandes citas, invita a pensar que se trata de una jugadora de enorme proyección. Basta con repasar sus actuaciones en este inicio de temporada para entender por qué se ha ganado el derecho a estar entre las cuatro mejores de Indian Wells.
Comenzó el año disputando la final en el WTA International de Auckland -habiendo entrado desde la qualy-, hizo segunda ronda en el Australian Open, dos semanas después obtuvo su primer título en el WTA 125k de New Port Beach, también ganó sus dos partidos de sencillos en Copa Federación ante Holanda y una semana más tarde se coló en las semifinales del WTA International de Acapulco; ahora, y tras una semana soñada se coronó campeona del torneo de Indian Wells, siendo la primera jugadora en la historia invitada en lograr esta gesta. En suma, la oriunda de Tornhill (Ontario) ha sido semifinalista en cuatro de los cinco torneos que ha disputado.
En lo corrido de 2019, Andreescu se ha dado el lujo de batir a rivales del calibre de Venus Williams, Caroline Wozniacki y Garbiñe Muguruza, Elina Svitolina y Angelique Kerber. «Me gusta pensar en grande«, reconoce la norteamericana en declaraciones recogidas por Punto de Break. Posiblemente ya ha conseguido más de lo que esperaba en este corto lapso dentro del circuito WTA, pero es lógico que aún se sienta lejos de saciar su hambre de gloria.
Pero no es solo su vertiginoso estilo de juego el que la ha catapultado a las primeras planas del deporte blanco mundial. Su estilo de vida ha sido clave. «Muchos se enfocan y trabajan en lo físico, pero yo considero que lo más importante en este deporte es el aspecto mental. La mente es capaz de controlar todo«, asegura esta joven jugadora, que practica la meditación desde hace alrededor de seis años por influencia de su madre. «Todos los días, tan pronto me levanto, medito durante 15 minutos para comenzar la jornada con energía. También hago yoga».
Los altibajos de Eugenie Bouchard empiezan a quedar en un segundo plano para el tenis canadiense. La jugadora de 25 años irrumpió en el circuito femenino con grandes actuaciones, pero se ha perdido en el tiempo, por lo que ha llegado el momento para Bianca Andreescu, quien fue galardonada el año pasado como la mejor tenista de su país. Comenzó la temporada por fuera de las 150 mejores del mundo, y este lunes aparece top 25, y con la ilusión de seguir avanzando en el ranking.
Naomi Osaka despegó hace un año desde el mismo lugar donde ha ganado el primer gran título de su carrera, Andreescu ¿Por qué no pensar en caminos paralelos entre la japonesa y la canadiense? «Para mí, ser la número uno es ser la mejor persona y la mejor jugadora posible». Y parece ir por el camino correcto.
Redacción Match Tenis