El Masters 1000 de París vivió un momento de tensión inesperado tras el triunfo de Alexander Bublik sobre Alexei Popyrin. Aunque el kazajo ganó sin grandes complicaciones, el verdadero conflicto llegó al final, cuando ninguno de los dos jugadores se acercó a la red para estrecharse la mano. La frialdad del desenlace no pasó desapercibida para el público, que presenció cómo ambos abandonaban la pista sin mirarse siquiera, en medio de un ambiente cargado de incomodidad.
Más tarde, Bublik explicó los motivos de su reacción, apuntando directamente al comportamiento de su rival. “Si alguien no se disculpa después de ganar dos puntos tocando la red, sino que además lo celebra como si hubiera ganado algo… a ver, no veo nada malo en ello, puedes alegrarte, pero también puedes disculparte. No soy de los que le da mucha importancia a estas cosas, pero hay unos códigos. Si alguien no los respeta… ¿por qué debería yo hacer algo diferente?”, declaró el kazajo en palabras recogidas por Ubitennis. El episodio reabrió el debate sobre los límites del respeto y la deportividad en el circuito.


