La nacida en San Petersburgo (Florida) cortó una racha de cinco derrotas al hilo en primeras rondas de Grand Slam.
En el marco de un torneo plagado de estrellas, Danielle Collins ha conseguido que el planeta tenis pose sus ojos sobre ella. Y ha hecho méritos para que así sea, porque el papel que ha cumplido hasta ahora en el Australian Open es digno de aplaudir. Cinco victorias consecutivas, incluyendo tres ante rivales sembradas, hablan del destacado momento que vive la estadounidense.
En esta ocasión, la jugadora universitaria de 25 años dejó en el camino a la rusa Anastasia Pavlyuchenkova tras imponerse en el primer partido femenino de los cuartos de final con parciales de 2-6, 7-5 y 6-1, luego de dos horas y seis minutos en cancha.
Collins arribó a Melbourne con un registro de cinco derrotas en igual cantidad de apariciones en torneos de Grand Slam (tres en el US Open, una en Wimbledon y una en Roland Garros) pero nunca había exhibido su tenis ante el público australiano, que a lo largo de estas semanas ha sido testigo del mejor momento en la carrera de la norteamericana. «Pienso que estoy jugando un tenis realmente bueno, he trabajado mucho para estar aquí y hasta ahora ha sido una experiencia increíble«, sostuvo en conferencia de prensa.
«Es mi primera experiencia jugando en Melbourne, así que todo viene siendo novedoso para mí (…) El año pasado, a esta altura, estaba jugando el Challenger de Newport Beach. Lo estoy aprovechando al máximo», expresó la jugadora que cuenta con un título profesional como comunicadora.
Collins ya dejó en el camino a tres sembradas (Julia Goerges, Caroline García y Angelique Kerber), pero no se conforma con eso y ahora apunta sus cañones hacia Petra Kvitova, octava sembrada en Melbourne. La checa regresó a las semifinales de un Grand Slam, luego de cinco años, gracias a su victoria sobre la local Ashleigh Barty con parciales de 6-1 y 6-4.
Redacción Match Tenis
