El regreso de Daniil Medvedev al US Open terminó en un espectáculo cargado de tensión, caos y emociones encontradas. El ex campeón se despidió de Flushing Meadows en primera ronda tras caer ante el francés Benjamin Bonzi en un intenso partido a cinco sets (6-3, 7-5, 6-7 (5), 0-6, 6-4), marcado por una interrupción inesperada que desencadenó una explosión emocional del ruso.
El momento clave se produjo cuando Bonzi servía con punto de partido a favor. Un fotógrafo irrumpió en la pista y el juez decidió concederle de nuevo el primer servicio al francés, en vez de mantener el segundo saque. Esa decisión encendió la furia de Medvedev, quien explicó después: “No estaba molesto con el fotógrafo, no fue nada especial. Cada vez que hay un ruido desde las gradas entre saques, nunca se repite el primero. Pero bueno, eso me ayudó a volver al partido. Fue un momento divertido de vivir. No estaba enojado con el fotógrafo, estaba enojado con la decisión”.
El ruso reconoció que en ese instante ya se veía derrotado: “La verdad es que estaba decepcionado. Pensé: ‘Él tiene punto de partido con su servicio, yo no le he roto ni una vez en todo el partido, estoy perdiendo’. Y si el árbitro no dice nada, él hace un segundo saque y probablemente gana el punto y el partido se acaba. Pero al decirle que repita el primero, en mi cabeza quería hacer algo peor, pero no puedo porque hay reglas y estoy en una cancha. Solo expresé mis emociones y mi descontento, y luego la gente hizo lo que hizo sin que yo se los pidiera. Fue divertido presenciarlo. Mientras lo vivía pensé: ‘Podría ser divertido terminar mi carrera con un partido en el US Open’”.
Ante la pregunta de si era el final de su carrera, respondió con ironía: “No, no hoy. Pero cuando uno termina nunca sabe dónde quiere hacerlo. Hoy pensé: ‘este podría ser un buen lugar’”. Durante los seis minutos de interrupción, Medvedev interactuó con el público, que no dejaba de abuchear a Bonzi. “En un momento les pedí que pararan. Pero no lo hicieron. Pensé: ‘ok, intentemos controlarlos para que paren’. Pero no querían parar. Así que da igual. Bonzi tuvo un momento, después de tres minutos, en el que podía sacar y alguien silbó y no lo hizo. Ese fue su problema».
El ruso también dejó claro que espera ser sancionado económicamente por su comportamiento: “Ya me va a caer una multa grande, así que si hablo estoy en problemas. No todos entienden lo que quise decir cuando mencioné a Reilly. A él lo multaron fuerte por esto y a mí me pasará igual”. Y al preguntarle cuánto cree que será, contestó: “No tengo ni idea, pero a tipos como yo nos multan mucho más que a otros. Kyrgios, yo, Bublik, ¿quién más? Reilly. Aunque Reilly es un buen tipo y lo multan solo porque no les cae bien”.