Foto: Brasil Open de Tenis
Domingo, antes de mediodía. Laborar en el tenis es una de las pasiones que más me mueve sin importar que en un día, que es aparentemente de descanso, se tenga que estar prendido a un televisor o a un streaming para ver a un –esta vez dos- colombianos dejando el cuerpo en una cancha de tenis. En este caso a Juan Sebastián Cabal y Robert Farah luchando por el título de dobles del ATP 250 de Sao Paulo.
Una modalidad que a pocos les importa en el mundo del tenis, que muchos echan de menos como si simplemente estuviera ahí de relleno en el circuito. Y las opiniones pueden ser respetables, pero para quien escribe estas líneas merece todo el respeto habido y por haber. De hecho, hasta la ‘discriminación’ está inmersa en el propio circuito, que muchas veces decide ni siquiera poner un stream para ver una final. Caso que sucedió en la final de Sao Paulo, donde no había transmisión por televisión (algo normal) pero ni siquiera un link para ver a dos vallecaucanos que querían alcanzar su tercer título ATP. Gracias a Dios apareció una transmisión por Internet de un canal brasilero para ver cómo al final Cabal y Farah dominaban en Brasil.
Sin embargo, el texto no tiene intención de centrarse allí. Estos párrafos son para exaltar lo fenomenal que han logrado estas dos raquetas en la arcilla paulista. No puedo dejar pasar por alto la satisfacción tan enorme que sentí al momento en que ambos se abrazaron como uno solo cuando el match point se concretó. Fue una alegría que, tal vez, muchos rozaron al tiempo. Pero la felicidad no solamente era por el festejo para ellos de una nueva corona, sino que significa el premio por el trabajo tan significativo, valioso, que ha tenido un esfuerzo enorme, que ha sido sinónimo de sudor y sacrificio.
Los éxitos de Juan Sebastián y Robert son igual de admirables que los que se podrían lograr en el singles, esos mismos que llevamos esperando por casi 20 años. Quién sabe por qué las cuatro finales que han disputado Alejandro Falla y Santiago Giraldo no quedaron de nuestro lado: suerte, inferioridad de condiciones, superficie, muchas otras situaciones; no obstante, podemos darnos el lujo de que en cambio hemos tenido un crecimiento descomunal en el dobles. Cabal y Farah ya se han hecho con tres coronas, una de ellas en un ATP 500 y donde precisamente esta semana defienden el cetro en Río de Janeiro. Ambos han demostrado que son un equipo eficaz, de peligro, que ya tiene su nombre establecido en el circuito de dobles. Seis finales en 2014 (una de ellas de Masters 1000 en Miami) demuestran que tienen las condiciones para seguir creciendo, para establecerse metas más altas y ser protagonistas de lujo en la otra orilla del tenis. El dobles no debe ser confundido con un logro menor ya que nombres como los de Bob y Mike Bryan, Daniel Nestor, Max Mirnyi, Leander Paes, o en el pasado Jonas Bjorkman, John McEnroe, Mark Knowles o John Newcombe demuestran lo contrario. Puede ser el camino para ser inolvidable en el deporte blanco.
Y mientras esperamos un título en individuales, Juan Sebastián Cabal y Robert Farah demuestran que son una de las mejores parejas del momento en el tenis, que vienen dando pasos seguros y que tienen como intención dejar la bandera tricolor en lo más alto. A pesar de eso, hay más para ilusionarse teniendo en cuenta la juventud y el talento que poseen y que tarde o temprano, de eso estoy seguro, tendrán en el palmarés un trofeo más grande. Es momento de echar ojo a estos dos fenómenos de la raqueta, apoyarlos en las victorias y en las derrotas, demostrarles que sus éxitos nos llegan de alegría y que luego de las caídas siempre hay otra oportunidad. Yo ya me dejé encantar por la cohesión de estos muchachos, la mejor pareja de dobles que ha tenido Colombia.
[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg” ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor en jefe de Match Tenis. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]
