La persistencia hizo que Gerulaitis sobrepasara este obstáculo que le presentó la vida.
El jugador protagonista de esta semana en nuestra sección #RefrescandoLaHistoria no tenía los mismos comportamientos negativos de Kyrgios en la cancha, de hecho llegó a ganar un título de Grand Slam a base de persistencia, pero en lo que si se asemejaba, y en mayor proporción, era en llevar una vida de fiestas y ocio, disfrutando de su existencia de una forma extravagante.
Es por eso que Vitas Gerulaitis, ex tenista estadounidense de ascendencia lituana, tiene lugar en nuestra sección, para recordar una de las frases más curiosas que se han pronunciado en la historia del deporte blanco. Antes de llegar a ese momento, hay que dejar claro el contexto de la época -años 70 y 80- en la que tuvo que competir, puesto que tuvo rivales del calibre de Bjorn Borg, Jimmy Connors y John McEnroe.
El historial de victorias y derrotas de Vitas contra los tres tenistas antes mencionados muestra resultados negativos; contra Borg fueron 17 caídas (y resulta irónico por el dicho que conocerán más adelante) y ningún triunfo; enfrentando a McEnroe obtuvo cinco celebraciones y se vio superado en once oportunidades, mientras que con Connors registró 19 partidos perdidos y tan sólo cinco ganados.
Cuando éste último tenía una marca de 16 victorias consecutivas frente a Gerulaitis, el ascendente lituano se armó de valor y por fin pudo derrotarlo, ocurrió en la Master Cup de 1979 en Nueva York, donde con un marcador de 7-5 y 6-2 logró deshacer esta «maldición». En la conferencia de prensa posterior al partido, el ya fallecido pronunciaba una frase histórica: «¡Y que eso sirva de lección a todos ustedes, nadie le gana a Vitas Gerulaitis 17 veces seguidas!«.
Es posible que esa frase describa lo grande que este ser fue mientras vivió, porque tomó con humor esta situación, que además lo impulsó a ganar en otras tres ocasiones consecutivas a «Jimbo» (ápodo de Connors).
Esta anécdota no sólo deja enseñanzas en el deporte, sino que aplica para la vida en general, en la medida en que por más veces que hayamos fallado, lo volvamos a intentar. Sin embargo, es mejor que lo explique la frase de Samuel Beckett, que Stan Wawrinka tiene tatuada en su brazo: «Lo intentaste. Fracasaste. Da igual, prueba otra vez. Fracasa otra vez, fracasa mejor«.
[author title=»Andrés Matallana Avella: » image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/666041598975852544/hSbddU6p_400x400.jpg»]Twitter @Andresf0724. Apasionado por el tenis. Disfruto del deporte blanco dentro y fuera de la cancha[/author]