Terminó la mejor semana de los últimos seis años de Mariana Duque Mariño, quien a pesar de tener un torneo de ensueño, no le alcanzó para levantar su segundo título WTA y cayó en la final del torneo de Núeremberg, Alemania, ante Kiki Bertens, con parciales de 2-6, 2-6. Estos días de la tenista colombiana la ubicarán en el puesto 76 del mundo y son solo una pequeña muestra del gran potencial que puede llegar a mostrar en la élite del circuito femenino.
El cansancio pasó factura. Duque, quien había tenido un viernes dorado, al ganar su partidos de cuartos de final (Lepchenko, en casi tres horas) y de semifinales (Beck), no pudo continuar con su gran performance y en el partido más importante de la semana, su cuerpo, seguramente cansado por la extenuante jornada anterior, no respondió como debía.
Con 26 años, Duque salió en busca de su segundo torneo WTA (Bogotá 2010). Sin embargo, su poca movilidad y la consistencia de rival, hicieron que en tan solo una hora y cinco minutos de juego, la colombiana entendiera que este no iba a ser un día de júbilo. El servicio de Mariana no anduvo en su nivel habitual (35% de puntos ganados con el segundo saque). Asimismo, la devolución, arma letal, no fue contundente, pues a lo largo del partido dejó escapar siete bolas de quiebre. Por el contrario la holandesa, que levantaría su segundo título WTA, tomó cuatro veces el servicio de la colombiana y siempre estuvo arriba en el marcador.
Duque se va con la cabeza en alto de Alemania, pues demostró a todo un país, que su talento sigue vigente y que el trabajo duro del día a día le ha vuelto a dar frutos. Junto a su entrenador, Alejandro Pedraza han formado un equipo de competencia y ahora en Roland Garros, buscarán seguir confirmando que pasa por el mejor momento de su carrera: en París una prueba dura, Daria Gavrilova.
Redacción Match Tenis
