La 50ª edición del US Open estuvo plagada de polémicas que dejaron un mal sabor entre los actores principales del torneo, principalmente, en la rama femenina. Lo sucedido entre Serena Williams y el juez de silla Carlos Ramos en la tarde del sábado se robó todas las miradas, pero hubo un hecho aún más polémico que no tuvo la misma repercusión y que sí vulneró la igualdad de género que tanto exigen las mujeres en el planeta tenis.
El hecho sucedió en los minutos posteriores a la coronación de Coco Vandeweghe y Ashleigh Barty en la modalidad de dobles femenino, quienes, luego de superar a la dupla Mladenovic – Babos en un atrapante choque, fueron privadas del discurso que suelen dar los campeones como acto protocolar. «Me siento triste porque no tuvimos ningún tipo de ceremonia de premiación», le dijo Vandeweghe a los periodistas. «No pudimos agradecer a nadie y me parece que fue un acto de mal gusto de parte de la organización», agregó.
El detonante de la situación fue el poco tiempo que hubo entre la consagración de la dupla Vandeweghe – Barty y el inicio de la final masculina que protagonizaron Novak Djokovic y Juan Martín Del Potro. Inesperadamente, el choque femenino de dobles superó las dos horas y media de duración, y por eso fue que el equipo logístico del US Open decidió acortar la ceremonia.
«Habría sido bueno para nosotras poder agradecer a nuestros equipos, a todas las personas que lo hacen posible, y agradecer a la multitud también», sostuvo Barty, evidentemente disconforme. «Para ser honesta, no creo que se hubieran preocupado por 10 o 15 minutos de retraso«.
La explicación de los organizadores del certamen neoyorquino fue que «los hombres necesitaban empezar a jugar». Pero la pregunta es: ¿Habría ocurrido lo mismo si ese día -y no el sábado- se hubieran coronado Mike Bryan y Jack Sock?
Redacción Match Tenis