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Se trata de Carlos Martínez, quien este año llevó a Melichar (31, Estados Unidos) y a su compañera, la australiana Ellen Pérez, a la consecución de dos títulos: el Bad Homburg Open en junio, luego de vencer a Chan Hao-ching y Veronika Kudermetova en la final por 4–6, 6–3, (10–8) y el Abierto de San Diego, realizado en septiembre, en el que vencieron a Desirae Krawczyk y Jessica Pegula con un contundente 6–1, 6–2.
En entrevista con Match Tenis, Martínez revela las claves para esta temporada y, de paso, da consejos de cara al 2025.
¿Qué balance deja la temporada de Nicole y Ellen?
Carlos Martínez: La temporada de Nicole y Ellen fue muy positiva. Lograron consolidarse como una pareja competitiva durante todo el año. Alcanzaron finales de torneos importantes, ganaron varios de ellos y, de paso, se clasificaron para el WTA Finals, lo cual es un gran logro.
Fueron consistentes, tuvieron buena química en la cancha y eso fue fundamental para lograr lo que logramos. Y aunque hubo desafíos en determinados momentos, ambas supieron adaptarse, para así superar ciertos obstáculos que se iban presentando. Ha sido una temporada sólida, tuvieron una buena base y el otro año empieza algo nuevo, un nuevo reto.
¿Cuáles son los retos y desafíos a los que se enfrenta un entrenador que está centrado en el dobles a nivel WTA?
Uno de los mayores retos como entrenador es, sin duda alguna, equilibrar la preparación táctica con la dinámica específica en dobles. Cada pareja tiene su propio estilo y es importante identificar cómo maximizar las fortalezas de cada una de las jugadoras individualmente y, después, combinarlas para aplicarlas en el equipo. Además, los dobles también requieren una adaptación constante en cuanto a los rivales y las diferentes superficies, además también está la demanda de la flexibilidad estratégica.
Otro desafío, por ejemplo, es manejar el calendario. Muchas jugadoras suelen competir en diferentes torneos, en muchos torneos consecutivos también, lo que implica planificar bien la recuperación física, mental y de su nivel.
Finalmente, construir una comunicación clara y efectiva entre las jugadoras y no solo entre ellas, también con el equipo, con el entrenador. Es muy importante para poder mantener la armonía y la confianza en la cancha.
Desde su experiencia, ¿qué claves han sido fundamentales para tener a jugadoras en el top WTA?
Las claves principales han sido la preparación integral, no solo física, también mental y táctica. Es importante desarrollar una mentalidad ganadora, ser resiliente, porque todo esto te ayuda a afrontar la presión de competir al más alto nivel. Trabajo en equipo, contar con un equipo completo, que incluya preparadores físicos, psicólogos, deportivos y, obviamente, uno que es el entrenador especializado en técnica y táctica, más que todo enfocado en el tenis.
Tercero: adaptación constante. Las mejores del mundo están siempre evolucionando, hay que aprender a identificar mejor esas estrategias que son fundamentales para mantenerse competitivo. Cuarto, la constancia en la disciplina. En el circuito no se llega al top de la noche a la mañana, y los resultados toman años de trabajo y consistencia, entonces el enfoque en cada detalle es muy importante y ser paciente, obviamente, más.
¿Qué significa para un colombiano estar en la élite del tenis femenino y qué lo motiva para seguir allí?
Estar en la élite del tenis femenino, como colombiano, es un orgullo muy grande. Representar al país a través del trabajo, con jugadoras que compiten en los torneos más importantes del mundo, demuestra que el talento y la dedicación en Colombia tienen un impacto global, que se puede hacer con bastante trabajo, que las personas pueden llegar a lograr lo que quieran a nivel mundial.
Lo que me motiva es tener la oportunidad de seguir abriendo caminos para otros entrenadores, para otros jugadores colombianos, mostrando que podemos competir y destacarnos al nivel más alto del mundo. Además, el proceso de ayudar a jugadoras a alcanzar su máximo potencial es muy gratificante y es muy motivador para mí, para seguir aprendiendo, creciendo y alcanzando resultados que alguna vez soñé como jugador, pero que ahora los vivo como entrenador.
Al estar tantas semanas en competencia, ¿qué es lo que más disfruta de los torneos y qué es lo que más ama cuando llega el final de la temporada?
Es una oportunidad de trabajar en tiempo real con las jugadoras, ajustando tácticas, viviendo cómo las estrategias se traducen en resultados. Esta competencia viva es algo que a veces perdemos, a veces se nos olvida, y el circuito te lo remarca todos los días. Cada torneo tiene su propia energía, es emocionante ser parte de estos momentos clave de la carrera de cada jugadora.
Al final de la temporada lo que más disfruto, lo que más amo es la oportunidad de reflexionar sobre el progreso, descansar, recargar energías, pasar tiempo con la familia. Es un momento donde se tiene que analizar lo que funcionó, ajustar detalles, preparar un plan sólido para la pretemporada y para la temporada que viene.
Disfruto mucho pasar tiempo con mi familia, reconectar con mis raíces en Colombia, como lo hice ahorita, después de tanto tiempo trabajando, comer comida colombiana y jugar golf.
